Según las leyes de la estadística, toda mujer riojana que supere la barrera de los 86 años debe celebrar su cumpleaños con una alegría muy cercana a la bendición. Es ahí, en esos 86 años, donde los fríos datos sitúan la esperanza de vida, pero Lucía Fernández Estenaga sorteó ese obstáculo hace ya toda una mayoría de edad.
Alavesa de nacimiento y asentada en Logroño, este domingo soplaba 104 velas simbólicas en su tarta de cumpleaños. Un hecho que. la confirma como una de las ‘abuelas’ de la capital riojana, merced a un espíritu de supervivencia que le ha permitido superar dos pandemias y una guerra civil, además de asistir al reinado de tres monarcas y nueve papas desde su nacimiento.
Lucía no solo sigue sumando años a su historia, sino que además lo hace de un modo que cualquiera de nosotros firmaría ante notario. A sus 104 inviernos, el sintrom es el único medicamento que le ayuda a superar las adversidades y, aunque dosifica el habla, “te sigue si le empiezas un poema o una canción de las suyas”.
Así lo explican sus familiares, orgullosos de una mujer que ha destacado como “muy buena cocinera, con buena mano para la costura -sobre todo el ganchillo- y que siempre ha gustado de recitar poesías y canciones”.
Con motivo de su 104º cumpleaños, la familia de Lucía le dedicó estas palabras: “Un año más que disfrutamos de tu presencia. Festejamos tu nuevo cumpleños; son 104 y seguimos queriéndote mucho, por ello nos reunimos toda la familia para mostrarte nuestro cariño. Te agradecemos que hayas cuidado de nosotros y con orgullo ahora poder hacerlo contigo. Es un día feliz para todos”.