El Rioja

Un nuevo horizonte vitícola: la agricultura de los suelos y el carbono

De izquierda a derecha, Emilio Abad, Enrique Hernández, Antonio Solano, Natalia Olarte, Gonzalo Villalba, Pablo Ortiguiera y Jesús Ruiz

La agricultura regenerativa, aquella centrada en la recuperación de la fertilidad de los suelos, está cada vez más cerca de convertirse en la máxima entre los profesionales del sector. Una mayor captura de carbono por el suelo, el aprovechamiento del agua, los nuevos abonos de compost o las cubiertas vegetales son algunas de las claves que marcan el devenir de una nueva viticultura y, por ende, de una mejora de los vinos obtenidos.

La Escuela de Viticultores impulsada desde Bodegas Riojanas regresa una edición más para recoger los avances y resultados logrados de la mano del Grupo Operativo VITIREG, que desde 2018 trabaja en la aplicación de diferentes prácticas de viticultura regenerativa para la mejora de los productos vinícolas. La jornada, inaugurada por la directora de Innovación de la bodega de Cenicero, Natalia Olarte, colgó el cartel de aforo completo a los pocos días de abrir las inscripciones y ha estado protagonizada por las ponencias de Gonzalo Villalba, Pablo Ortigueira y Jesús Ruiz, todos ellos miembros del grupo viticulturaregenerativa.com.

“La viticultura regenerativa fomenta la biodiversidad, la resiliencia, fija el ciclo de carbono, devuelve la vida a los suelos, frena la erosión y favorece una relación integrada y simbiótica con los suelos de viñedos. Un modelo que está alineado con el Pacto Verde Europeo o ‘Green Deal’ que pretende que Europa sea, en 2050, el primer continente climáticamente neutro”, explica Olarte.

Hasta el Salón de Actos de la bodega se han acercado presidentes de cooperativas valencianas, técnicos navarros y vascos de centros tecnológicos, agricultores, profesionales del sector de industria auxiliar del vino e incluso una Master Of Wine para conocer de primera mano los detalles de esta viticultura basada en la huella de carbono. “Una viticultura que refleja el camino a seguir para la gente que amamos el paisaje y que queremos sostenibilidad y cuidar la tierra porque se muestra como una clara herramienta de mitigación y adaptación al cambio climático por parte de las explotaciones agrícolas”, remarca la directora de Innovación de Bodegas Riojanas.

Un nuevo enfoque de la viticultura en el que se viene trabajando desde hace una década. Entre las líneas de investigación tratadas, la jornada también ha abordado el diseño de parcelas en línea clave o ‘Keyline’, lo que se conoce como técnicas de cosecha de agua y que buscan la optimización del agua de lluvia y la disminución de la erosión aprovechando las líneas naturales del agua y las curvas de nivel del terreno. Por otro lado, de la mano de Francisco Tomás, se ha profundizado en la aplicación del sustrato poscultivo del champiñón como una enmienda orgánica en viñedo, “una oportunidad existente en La Rioja y ejemplo de economía sostenible en línea con los nuevos eco regímenes”.

Una jornada que ha dejado importantes reflexiones sobre la mesa, como la de Ortigueira, quien considera que “la viticultura regenerativa va a ser el futuro de todas las denominaciones y los consumidores van a ser capaces de distinguir este esfuerzo en el vino sintiendo que contribuyen a mitigar el cambio climático”. Por su parte, Villalba ha remarcado que este tipo de viticultura “es viable y necesaria en La Rioja”, mientras que Ruiz ha defendido el sistema ‘Keyline’ como estrategia clave para hacer un mejor uso de los recursos hídricos, remarcando al necesidad de que se apoye económicamente este tipo de medidas para incentivar su aplicación. Desde la Cooperativa de Arnedo en la que se han aplicado estas prácticas hablan de “una ventaja brutal que forma ya más parte del presente que del futuro porque se trata de devolver a la tierra la fertilidad que tuvo antes de cultivarse”.

Testimonios que pretenden hacer reflexionar sobre la importancia de los nuevos certificados en viticultura regenerativa que supondrán una nueva oportunidad de aumentar la rentabilidad de estas prácticas y que propiciará a su vez una repercusión económica en los bolsillos de los viticultores, teniendo en cuenta hacia dónde camina la agricultura con esas nuevas medidas agroambientales de la PAC. “Se trata de conseguir que un mejor manejo de las prácticas a pie de campo también implique un incremento en el pago de la uva para estos productores. Un objetivo en el que ya trabaja Bodegas Riojanas porque entendemos que esa dedicación por preservar el paisaje también debe verse recompensada”.

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