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La UD Logroñés despide un 2022 lleno de altibajos, sobresaltos y dudas

La UD Logroñés deja atrás un año ciertamente complicado, lleno de altibajos y muchas irregularidades. 2022 ha visto un playoff de ascenso, pero también tres entrenadores distintos y una falta de continuidad. Los blanquirrojos son actualmente decimoctavos en la competición doméstica, con 18 puntos y a dos de los puestos de permanencia. La Copa del Rey sí ha servido como ligero alivio, pues los riojanos lograron pasar dos rondas. El colofón será el encuentro frente a la Real Sociedad en Las Gaunas (4 de enero, 19:00), para el que se espera la mejor entrada de la historia blanquirroja con más de 12.000 vendidas.

Enero comenzó con Mere Hermoso en el banquillo y 27 puntos en la buchaca. Tras el empate frente a la Cultural Leonesa (0-0), los riojanos lograron un prestigioso triunfo frente al Racing de Ferrol (0-1). Cuatro días después, llegó el derbi frente al Calahorra, vencido por 1-0, gracias a un gol de Duba en el añadido. Para cerrar el mes, tablas frente al Sanse (1-1). Un buen rendimiento que devolvió a la entidad a puestos de playoff, con una defensa sólida y una acuciante falta de gol. Pronto, todo se complicaría. Febrero empezó con tres puntos y siguió con un gran bache…

Foto: UD Logroñés

El empate frente al Real Unión (1-1), fue el primero de tres encuentros sin vencer. Después, la UD Logroñés disputó dos partidos seguidos en Las Gaunas: 0-0 con el Celta B y un decepcionante 0-1 frente al Rayo Majadahonda. Tanto gallegos como madrileños iban a ser los grandes rivales por el playoff. Tras el final de la jornada 25, los riojanos eran octavos, tenían 40 puntos y estaban a dos de los puestos de promoción de ascenso. Llegar directamente a Segunda ya parecía imposible, pues el Racing estaba trece puntos arriba.

Marzo se abrió con una serie de triunfos. Tres en raya, sobre Valladolid B (0-2), Unionistas (2-1) y el trámite administrativo ante un Extremadura ya descendido (0-2 sin jugar). Posteriormente, un insulso empate frente al DUX (1-1) destapó todas las dudas. Abril es el mes de las aguas mil y a los blanquirrojos les cayó un auténtico chaparrón. Mere Hermoso ya estaba cuestionado y tras la derrota frente al Talavera (2-0), su destitución se hizo efectiva. Albert Aguilá cogió su puesto a falta de ocho jornadas, con una cláusula de renovación si el equipo jugaba el playoff de ascenso. Lo lograría, tras pasar un auténtico viacrucis.

Foto: UD Logroñés

Aguilá debutó con una victoria agónica frente al colista Tudelano (1-0). Posteriormente, llegaría el Tourmalet, con duelos frente a los tres primeros clasificados. Primero, los blanquirrojos cayeron en Santander (1-0), después en casa ante el Racing de Ferrol (1-2) y posteriormente, de forma muy clara frente al Deportivo (3-0). En aquellos momentos, el playoff parecía una auténtica quimera. Más todavía tras perder el derbi ante la SD Logroñés (3-2). A falta de dos jornadas, los riojanos no dependían de sí mismos para alcanzar el playoff. Eran sextos, igualados con el Badajoz (56) y el Rayo Majadahonda (56), mientras que el Celta B era cuarto (60).

Para tener alguna opción, los logroñeses debían ganarlo todo y esperar tropiezos de sus contrincantes. Ocurrieron ambas circunstancias. Arregi dio la victoria ante el Badajoz (1-0) y en la última jornada, un doblete de Guarrotxena impulsó a los blanquirrojos hacia un playoff que parecía imposible. El favor vino de su vecino SD Logroñés, que pese a estar salvado, mostró la máxima profesionalidad y sacó un 1-1 frente al Celta B. Posibilidad de ascenso desbloqueada, con el Villarreal B como rival y el partido, en Galicia. La organización de la promoción fue un desastre: kilometrada, incertidumbre respecto a las sedes…

Finalmente, el encuentro se jugó en A Malata. Mientras tanto, en Logroño, casi 4.000 aficionados se congregaron en una pantalla gigante, situada en el Palacio de los Deportes. Unas pocas decenas viajaron a Ferrol, en medio de una odisea de vuelos y trenes. Por fin, llegaba la hora de la verdad.ante un rival teóricamente superior. Derrota por 3-1 y fin del curso futbolístico. Un gol de Dubasin antes del descanso llenó de esperanza a miles de aficionados y el sueño parecía más real. El mini-submarino remontó en la segunda mitad y apeó a los logroñeses. Sin embargo, en la retina quedará lo vivido en lo social.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Llegó el verano y tocó reconstruir el equipo. ‘Dupi’ sustituyó a Manu Franco en la dirección deportiva, Sergio Rodríguez llegó como gerente deportivo y Albert Aguilá se mantuvo en el banquillo. Respecto a la plantilla, solo continuaron Serantes, Arregi, Iñaki y los canteranos Keita y Sergi. El resto eran nuevos. Así, los Dubasin o Guarrotxena fueron sustituidos por los Doncel, Pichín, Zourdine, Vinicius, Clau Mendes o Schutte. Respecto a los rivales, tocaba mirar al Mediterráneo, en un Grupo II formado por riojanos, navarros, el Numancia, catalanes, valencianos, baleares y murcianos.

La temporada se presuponía muy competida, con oponentes como Eldense, Intercity, Real Sociedad B, Sabadell o Barcelona B. Y por fin, a finales de agosto, el balón empezó a rodar. Un ilusionante empate frente al Nástic abrió la competición (2-2), aunque un primer tropiezo frente al Bilbao Athletic (0-1), enfrió los ánimos de la hinchada. Un 0-3 a domicilio ante el Real Unión supuso la previa del derbi. Un duelo ciudadano vencido por la Sociedad, con un baño táctico de Raúl Llona a Albert Aguilá (1-3). Habían pasado cuatro jornadas y las sensaciones no eran las mejores.

FOTO: Eduardo del Campo

Octubre comenzó con el triunfo por 3-0 frente al Sabadell. Parece mentira, pero desde entonces el equipo no ha ganado un solo encuentro en Las Gaunas. No había tiempo para muchas alegrías, con dos ‘palos’ consecutivos en Tajonar y ante el Cornellá en Logroño. La UD Logroñés logró ganar al Alcoyano (0-1), con gol de Schutte. Y desde entonces, no ha vuelto a llevarse un solo triunfo en liga. Ocho encuentros ligueros, con cinco empates y tres derrotas. Todo se torció frente al Intercity, después de que el equipo desperdiciara dos ventajas y empatara a 2.

A partir de ahí, el insulso derbi ante el Calahorra (0-0) y la derrota en Murcia (1-0) propiciaron el cese de Aguilá como técnico. En su sustitución, llegó Natxo González. Pero por ahora, el alavés no ha sido capaz de mejorar los resultados. En su debut, solo pudo rascar un punto frente al Amorebieta (1-1). Posteriormente, cayó en Elda (2-1) y los blanquirrojos se metieron en descenso. De ahí no han salido. Coincidiendo con la eliminación de España en el Mundial de Qatar, la Real Sociedad B sacó in extremis un empate de Las Gaunas (1-1), el equipo desperdició tres manos a manos en Soria (1-0) y mereció más frente a La Nucía (1-1).

Foto: UD Logroñés

No había manera, con Las Gaunas siendo el antifortín (7 de 24 puntos), solo 18 goles anotados y una sensación de desesperación constante. El equipo ha transmitido una sensación de fragilidad extrema, incapaz de reponerse de las circunstancias en contra. Y lo que es peor, con fallos decisivos en ambas áreas. Particularmente la ofensiva, donde los blanquirrojos han marrado decisivas ocasiones de gol. Todo se acumula y Serantes abandonó también el club este mes de diciembre. Su destino: la Tercera japonesa.

Mención aparte merece la Copa, único apartado aprobado para el club en esta 2022-23. La UD Logroñés eliminó al Navalcarnero en la prórroga tras remontar (1-3) y en el último encuentro antes de Navidad, tumbó al Albacete de Segunda División (0-0), en la tanda de penaltis. El tercer nivel será frente a la Real Sociedad, en un duelo que ha despertado una gran expectación. Se despide un año amargo, pero con un toque final para la esperanza. Si la Copa contagia a la Primera RFEF, 2023 será mejor.

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