Alcanadre amanecía este sábado aún consternado por la noticia del fallecimiento este viernes en accidente de la pequeña Lara, vecina del municipio, tras el trágico suceso que sufrió junto a su padre en la N-232. Caras tristes, miradas al suelo y ninguna gana de celebrar nada en un municipio donde se conocen todos y todos han sentido como suya la pérdida de la niña. Los adornos navideños contrastan con las banderas a media asta en una jornada triste para el municipio.
El ayuntamiento anunciaba a primera hora de la mañana la suspensión de todos los actos municipales. Pocos minutos después era la asociación que organiza el Belén Viviente la que hacía lo propio con las escenificaciones que iban a tener lugar los días 25 y 26 de diciembre. Dos personas colocaban una valla a medio día en las inmediaciones del Monte Viso que ya estaba preparado para las actuaciones. “A ver si se corre la voz de la suspensión para que nadie se ponga en carretera”, decía uno de los vecinos del municipio, conocedor de que son muchos los riojanos que cada 25 de diciembre se acercan hasta el municipio para contemplar la actuación.
También el AMPA de la localidad ha suspendido el acto que tenía previsto para la tarde de este sábado. Fotos con Papá Noel y lanzamiento de farolillos al aire. Nada se celebrará estos días en un municipio que llora en silencio la pérdida de una de sus vecinas.
“Ya ves. El pueblo está vacío. Era un día de recados y de alegría, pero nadie tiene ganas de nada”, comentan en el bar La Unión, donde todo el que entra pregunta sobre el estado de los heridos y recuerdan que unas horas antes la alegría lo inundaba todo con la celebración de la Navidad de los más pequeños en la actuación del colegio y donde la niña había sido una de las protagonistas.
Los recuerdos de la pequeña no se pueden evitar entre los vecinos. “Este próximo año iba a hacer la comunión. Tuvieron catequesis el pasado miércoles”, van recordando algunos con un cariño inmenso hacia la familia y amigos de Lara.
“Iban al belén viviente de Agoncillo”, comenta otro de los vecinos, quien no se quita la trágica noticia de la cabeza. “Es un padre que se desvivía por su hija. Lo veías siempre con ella, que era una pizpireta y un encanto de niña”, añade el dueño del bar La Unión sin poder contener la emoción.
“Una noticia de estas siempre es dolorosa, pero más aún en estas fechas. Todo el pueblo está conmocionado. Es que aún no nos lo podemos creer. Es un día para olvidar”, dice otro, agradeciendo la decisión del consistorio de suspender todos los actos que estaban previstos. “Va a costar volver a la normalidad en las calles de Alcanadre”, apunta otro y recuerda cómo la noticia fue recorriendo las calles a lo largo de la tarde. “Había gente que estaba ya de celebraciones y en cuanto llegó la noticia todo el mundo se quedó en silencio sin saber muy bien qué hacer”.
