El Rioja

Los renglones de Gómez Cruzado entre la Sierra Cantabria y el Alto Najerilla

Foto: James Sturcke

Un sello con 136 años de historia invoca a la excelencia, la meticulosidad, la frescura y la calidad. Todo esto se embotella en Gómez Cruzado, la bodega ’boutique’ del Barrio de la Estación de Haro, para despertar las emociones copa en mano.

Con este objetivo aterrizan una selecta gama de sus vinos para inaugurar la primera jornada del II Ciclo de Catas Underground, organizado por NueveCuatroUno y Calado by Criteria. El Predilecto 2021, Viña Dorana Reserva 2017, Honorable 2017 y Pancrudo 2020 serán, en ese orden, los protagonistas de la velada y su creador, David González, quien los presente este miércoles 14 de diciembre de la mano de José Calvo (Meteosojuela) para abordar una nueva era de la vinificación en el marco del cambio climático.

– Con El Predilecto y Viña Dorana, que apenas llevan unas semanas en el mercado, la bodega recupera así dos marcas de principios del siglo XX pero totalmente renovadas, especialmente en el primero.

– Se trata de una interpretación totalmente nueva porque solo guarda en común con el primero el nombre. Se trata de un vino que pasa un año en bodega antes de salir al mercado con una crianza completa en hormigón de unos seis meses con lías. Es un ensamblaje entre tempranillo procedente de la zona de Samaniego y una garnacha del triángulo formado por Cordovín, Badarán y Cárdenas con el que buscamos, sobre todo, la presencia de fruta y cero matices a madera. Queremos rememorar un poco lo que fueron los vinos de Rioja previos a la llegada de los franceses y el uso de las barricas, es decir, un vino de Rioja sin ningún tipo de máscara.

– Viña Dorana sí trae los aires de madera, fijándose más en su antecesora de 1930. ¿Qué se ha recuperado y qué se ha modificado en esta nueva creación?

– Realizamos un trabajo de estudio sobre los reservas de Rioja del mercado que más éxito comercial tienen y hacia dónde caminan y comprobamos su carácter mediterráneo. Lo que nosotros queríamos era ofrecer algo más fresco, más fluido y fino, con mayor presencia de acidez. Acercarnos a lo que fue el Viña Dorana de su época, aunque  reduciendo la presencia de madera usando barrica usada. Así que hemos tenido que viajar al Alto Najerilla, una zona conocida históricamente por los claretes, pero que cada vez es más apta para elaborar tintos. Ya habíamos trabajado con sus garnachas, pero con este vino nos hemos atrevido por primera vez a hacer un tempranillo con clasicismo.

– ¿Cómo se plasma ese estilo de ‘vinos finos’ propio del Barrio de la Estación?

– Nunca hemos sido de hacer vinos muy clásicos, sino más bien contemporáneos. Sin embargo, en el caso de Dorana fue una apuesta por reflejar la visión de un clásico pero con una mirada más contemporánea, sobre todo en el uso de la madera. Rioja siempre ha tenido una carga de madera importante en la parte sensorial, pero en este caso la madera se queda en un segundo plano para dejar paso a la fruta y los suelos ferrosos de esta zona. Y para ello hemos probado alguna botella de la antigua Viña Dorana para captar su esencia, pero aportando nuestro toque.

– ¿Cómo se refleja la tipicidad de los viñedos de los que proceden estas elaboraciones?

– Ambos vinos suponen una apuesta decidida por buscar viñedos de altura, así que lo que se va a ver en ellos es la adaptación que hemos hecho en la bodega para hacer vinos como los que se hacían antes, pero con un nuevo clima. De ahí que busquemos nuevas viñas en nuevas ubicaciones como puede ser el Alto Najerilla, que está dando grandes sorpresas especialmente con sus garnachas.

– Otra añada 2017, pero al otro lado del valle. ¿Qué diferencia a Honorable de Dorana?

– Honorable lleva en Gómez Cruzado desde antes de nuestra llegada en 2013, pero es desde entonces cuando forma parte de la evolución de la bodega. Es un vino que solo sale aquellos años en los que la añada es especialmente nueva y se podría definir como lo opuesto a Dorana. Es, a modo de resumen, una foto de toda la Sierra Cantabria desde su parte más mediterránea a la más atlántica porque cuenta con uvas de Lanciego, San Vicente de la Sonsierra, Leza, Samaniego, Briñas y Labastida. Un tempranillo con algo de graciano con estructura y potencia.

– Viajamos a un paraje concreto en Badarán para descubrir la última joya de la cata. ¿Qué sorprende de este monovarietal de garnacha?

– Pancrudo es un vino totalmente diferente a los anteriores, partiendo de que procede del proyecto Selección Terroir de la bodega. En este caso hay que situarse en un determinado terruño ubicado en el término de Badarán diferente completamente a otras zonas de Rioja. Ahí, unas siete u ocho viñas conviven con unas espectaculares garnachas que demuestran lo diferente y magnífica que puede ser esta denominación en sus extremos. Una fruta muy roja para dar lugar a un vino muy sutil y fluido.

– ¿Cuál es el hilo conductor de estos cuatro vinos?

– A veces pruebas varios vinos de una bodega que proceden de un mismo término municipal o tienen un estilo muy concreto y es difícil encontrar las diferencias entre ellos. En Gómez Cruzado esas diferencias son muy evidentes, pero a la vez sí existen unos elementos en común en todas sus elaboraciones, como son la nitidez aromática, que sean vinos limpios y francos, y el buen equilibrio entre la acidez y el alcohol para que no exista exceso de tanicidad ni de barrica. Esos son los renglones de Gómez Cruzado.

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