Toros

Los ‘adolfos’ se imponen a la terna

Una ovación vino a reconocer la bella lámina de ‘Jaranero’, que venía a ser un boceto de bravura. Sus bajas manos, su pecho fuerte, su generoso morrillo, sus finos cabos y su acodada cuerna. Tan rematado. Tan armónico. De una guapura superior. No habían dejado de soñar aquellas palmas, cuando la pintura de Adolfo ya había hecho gala de su exquisito temple. Y de su supina humillación.

De su bravo empuje quedó constancia en el caballo. Su alegre forma de arrancarse, su importante manera de empujar con los riñones. Más alegre se arrancó una vez más, con tercio ya cambiado. Más humillado todavía. Ignacio Rodríguez dos puyazos en lo alto. La virtud de la fijeza también la atesoraba ‘Jaranero’, que permitió que se lucieran Mathieu Guillon y Manolo de los Reyes con las banderillas.

Demasiadas pistas de su calidad, brava y encastada le dio el bonito toro de Adolfo Martin a Yon Lamothe, que no terminó de acoplarse nunca con su oponente. Sobraron probaturas y un desarme en el peor momento y los veinte muletazos que podía albergar el ‘Adolfo’ se esfumaron entre unas cosas y otras. El novillero francés paseó la vuelta al ruedo que negaron a al bravo ‘Jaranero’.

La ovación de salida se repitió en el tercero. Pero solo eso, porque ‘Madrileño’ echaba las manos por delante y no terminaba de desplazarse. Fue de esos toros de Albaserrada que siempre van a media altura, saben lo que dejan tras de sí y buscan las zapatillas de su matador. Un novillo para doblarse por bajo y matar por arriba, vaya. Ni lo uno ni lo otro hizo Jorge Molina. Que no se me olvide, a ‘Madrileño’ le picaron mucho y mal.

Del bonito encierro de Adolfo Martín bajó un tanto la presentación de ‘Carpintero’, que fue el encargado de abrir plaza. Como al resto de sus hermanos, se le dio de lo lindo en el caballo. No terminó de imponerse José Rojo a su oponente, quitándole demasiado pronto las telas y, por consiguiente, perdiendo demasiados pasos. Cortó una oreja de muy poco peso. Con ‘Majonero’ otro novillo aplaudido de salida, José Rojo solo perdió un paso, pero en el momento del embroque esta vez. Con lo feo que hace eso. Rojo banderilleó con más voluntad que acierto y lo más destacado de su labor llegó con el capote y su manera de colocar a su enemigo en jurisprudencia del picador.

‘Horquillón’ y ‘Manchonero’ hicieron quinto y sexto respectivamente. Más ofensivo aquel, de mejor y más remate este último. Ambos fueron novillos exigentes y llevaban consigo las complicaciones propias de la casta. Ambos requirieron poder y mando. Mucho poder y mucho mando. Tan en Albaserrada, tan exigente y, a la vez, tan agradecido. Jorge Molina consiguió los mejores pasajes de la tarde en tres tandas de redondos pulseadas, largas, templadas y mandonas. Los únicos resquicios de ligazón de toda la tarde. Mató rematadamente mal y hasta sonaron dos avisos.

Lamothe, por su parte, destacó por la colocación, casi siempre tan cuidada. Unos pasajes al natural con cierto gobierno, trazo y temple llegaron justo antes de irse a por la espada de verdad. Mató bien y dio una vuelta al ruedo. Antes, se vivió un momento muy angustioso cuando Manolo de los Reyes fue muy feamente prendido cuando banderilleaba. A ‘Manchonero’ le premiaron con la vuelta al ruedo en reconocimiento al buen encierro de Adolfo. ‘Aquel bello ‘Jaranero’ la mereció por sí mismo.

‘Adolfos’ para hombres era el título de esta crónica. Pero con estas cosas de igual no me atreví. Pero para desigualdad, esta tarde en Arnedo, unos novillos muy por encima de la terna.

EL FESTEJO

Plaza de toros de Arnedo Arena (La Rioja). Cuarta de la Feria del Zapato de Oro de Arnedo. Dos tercios de entrada. Novillos de Adolfo Martín, muy bien presentados, encastados, bravos y exigentes en conjunto. Más complicados tercero y cuarto. El sexto fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, como reconocimiento conjunto del encierro.

• JOSÉ ROJO, oreja y silencio
• YON LAMONTHE, vuelta tras petición en ambos
• JORGE MOLINA, silencio y silencio tras dos avisos

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