Quedan escasas horas para que cerca de 3.000 opositores ocupen las aulas de varios institutos logroñeses y fijen la vista sobre un folio en blanco que poco a poco se irá llenando de tinta. Y al igual que en La Rioja, en el resto de comunidades que este sábado celebran el concurso de oposición para optar a las plazas de docentes en Infantil, Primaria y especialidades.
Han pasado tres años desde la última convocatoria, ya que el COVID-19 también alteró el periodo habitual de dos años, y los nervios se palpan a distancia desde hace ya semanas. Está en juego el futuro laboral de muchos, pero solo 120 afortunados tendrán la oportunidad de cumplir su sueño (hay 41 plazas para Educación Primaria, 32 para Educación Infantil, 18 para Pedagogía Terapéutica, 10 para Educación Física, 8 para Audición y Lenguaje, 6 para Música y 5 para Inglés).
Rubén Manrique es maestro y director del Aula de Preparadores, “una academia que funciona de forma mixta, haciendo un seguimiento durante la semana del alumno, marcando las pautas de las tareas, haciendo simulacros reales de examen a lo largo de todo el año… Se trata de preparar con pasión porque esto es una profesión muy vocacional donde se debe dar el cien por cien con los alumnos”.
Los opositores se presentarán este sábado a una prueba teórica de 25 temas más la realización de un supuesto práctico que, de superarse después de la lectura, se pasará a la parte de programación, “la última prueba, a la que suelen llegar el 20 o 30 por ciento de los presentados”. De aprobar todas las partes, se tendrá en cuenta el concurso de méritos que alude a la experiencia como docente y que supone un tercio de la nota final.
Manrique insiste en la importancia de gestionar bien las emociones con diferentes estrategias para hacer un buen reparto del tiempo durante la prueba: “Deben aceptar que los primeros cinco o diez minutos van a estar nerviosos, sí o sí, pero conforme se pongan a escribir o a exponer, esos nervios se pasan. Lo mejor es que sistematicen el examen, la hagan una y otra vez. Que hagan esos simulacros en casa para que lo normalicen también, que lleguen con tiempo suficiente y elaboren una escala de preferencia de los temas para no perder tiempo a la hora de elegir los temas. También que dejen tiempo al final para repasar faltas de ortografía y paginar… Pero sobre todo que lo defiendan con pasión y vayan a disfrutarlo!”.
Unas oposiciones para las que la mayoría de personas han dedicado un curso escolar a prepararlas, aunque Manrique considera que estas “son unas oposiciones que bien podrían prepararse en dos años, teniendo muchos alumnos que llevan desde enero de 2021 estudiando para evitar ir a la carrera en los últimos meses”. Por no mencionar los continuos cambios legislativos en materia educativa con el desarrollo de la LOMLOE, que también han alterado la organización de los opositores.
De cara a la próxima convocatoria también habrá cambios en la prueba. Por un lado, se plantea aumentar el número de temas, ya que el vigente lleva desde 1993. Además, se habilitarán dos formas más de acceso en función de la experiencia docente. “Así, los interinos con cinco o más años podrán acceder a solo un concurso de méritos, mientras que luego habrá plazas de estabilización ocupadas temporalmente para aquellos que hayan estado al menos tres años como interinos. Estos solo deberán realizar la parte teórica y la presentación de una unidad didáctica, no la fase de programación”, explica Manrique.
