La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha hecho especial hincapié en el objetivo de “parar el bullying (acoso escolar) en las aulas y fuera de ellas” y ha recordado que, según diferentes estudios, en 2017, el 14 por ciento de los alumnos de 4 a 14 años decían haberlo sufrido y en 2021 ya era el 16 por ciento.
Así lo ha defendido durante su intervención en la apertura del VII Congreso Estatal de Convivencia, que se celebra en Logroño con el lema “Aprender y convivir” y la asistencia de unos 600 docentes y expertos para abordar diferentes cuestiones vinculadas a la educación y a aprender a relacionarse desde el respeto, la solidaridad, el cuidado mutuo y la paz positivo.
Alegría también se ha referido a que el mayor uso de dispositivos tecnológicos ha hecho que aumente el ciberacoso y ha aludido a la violencia ejercida contra las adolescentes, a lo que ha añadido que en España hay 900 menores con medidas de protección policial por violencia machista. “Si hay un espacio en el que se socializa es la escuela y, por eso, hay que seguir desde las primeras etapas poniendo los mecanismos para eliminar la violencia en general y erradicar la que se ejerce contra las mujeres en particular”, ha dicho.
En esta línea ha afirmado que, “a veces, hay quien se enoja porque se introduzca la perspectiva de género en los currículos educativos o porque hayamos recuperado la materia de Valores Éticos en Primaria y Secundaria”, pero “la realidad es que cuanto antes se aborde a resolución de conflictos de igualdad de forma pacífica, más beneficioso será para la sociedad”.
Además, ha destacado la importancia que tiene la convivencia en los centros escolares dentro de las reformas legales educativas que ha promovido su departamento en los últimos meses. “La convivencia es una parte fundamental del sistema educativo”, ha subrayado la ministra, que ha reconocido que los centros escolares “trabajan desde hace mucho tiempo” en este campo.
Sin embargo, ha asegurado, entidades educativas internacionales, como la Unesco, “le decían a España desde hace tiempo que había que cambiar su normativa” en educación y “apostar por las competencias educativas”; y en las nuevas leyes, “de las 8 competencias que se desarrollan, 3 tienen que ver con la convivencia”, ha asegurado.
También ha detallado que el desarrollo de competencias digitales por los estudiantes “implica buscar un uso responsable de las nuevas tecnologías”, algo que ha relacionado con la “ciberconvivencia” de los alumnos y con reducir “las altas tasas de acoso a través de redes sociales o las adicciones de estudiantes a la tecnología”.
Las nuevas leyes educativas abordan también “una competencia social y ciudadana vinculada a la inteligencia emocional” y a “saber entender diferentes puntos de vista, gestionar de forma pacífica los conflictos y crear centros seguros y saludables”.
En tercer lugar, ha explicado, otra de las competencias que se desarrollan es la de “la participación activa, responsable y cívica en el desarrollo social de la ciudadanía”.
La ministra ha relacionado la convivencia en los centros con el “empeoramiento de la salud mental y emocional de los alumnos” en los últimos años, por lo que su departamento trabaja en un plan de salud mental en el ámbito educativo, que estará dotado con 5 millones de euros.
Alegría ha recordado que su Ministerio ha “reactivado” el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar, “tras una década sin ponerse en marcha”, porque “mejorar la convivencia de las escuelas es un objetivo de todos”.
En este acto también ha intervenido la presidenta del Gobierno riojano, Concha Andreu, quien ha destacado la “valentía” del Ministerio de Educación para “impulsar un cambio notable en el modelo educativo” porque “está en juego el tratar de asegurar el crecimiento individual y el colectivo de España en términos de igualdad y justicia”.
“Estamos inmersos en un momento de cambio del modelo educativo, en el que hemos hablado mucho, a veces no con el rigor que requiere el referirse al futuro de la ciudadanía española”, ha considerado la presidenta riojana, para quien “la convivencia en las aulas debe ser una prioridad”.
Porque “en el aula empezamos a construirnos, es conde comenzamos a aliarnos con unas personas y a chocar con otros perfiles, a gestionar los primeros conflictos” por lo que “si mejoramos el clima en cada clase, mejoraremos el rendimiento del alumnado”.
“Quizás hemos pecado de conformismo y hemos extendido un modelo basado en mecanismos de disciplina y respuesta a hechos”, ha considerado Andreu, que ha abogado por un cambio de modelo, para atender “en positivo” a los problemas que generan un conflicto “algo que será bueno para los estudiantes, pero también para toda la sociedad”.
