La gastronomía actual está muy lejos del mero hecho de comer. Cada vez los sentidos cobran más importancia a la hora de degustar un buen plato, ración o pincho. Y si al cruzar la puerta de un local viajas con solo el olor o la vista, mejor que mejor. Esta es la esencia de PerretxiCo: acercar la cocina vasca a los riojanos combinando recetas de la tierra con una presentación cuidada, vanguardista y actual.
Todo empezó con el buen hacer de dos vitorianos: Josean y Esti. Ellos son el alma de esta taberna que bebe de su predecesor, el restaurante Marmitaco, su pasión por poner en valor el producto de calidad y la gastronomía vasca, y todo bajo el concepto de familia. “Muchos años de experiencia les ha convertido en referentes de la cocina del País Vasco, tanto por su carta como por su barra de pinchos”, explica Ignacio Oñate, director del local en Logroño y parte del equipo de Grupo Hirviendo, al que pertenece PerretxiCo.
El primer paso lo dieron en Madrid, abriendo varias tabernas con un recibimiento “increíble”. Logroño también estaba en sus cabezas. “Somos ciudadades vecinas, hermanas y con muchas similitudes, y teníamos que estar aquí”. Dicho y hecho. Perretxico abrió sus puertas en la capital riojana hace tres meses (calle Portales, 21) con el objetivo de transmitir “el orgullo por lo nuestro a partir de productos de gran calidad”.
La cultura del pincho y el respeto por las materias primas son pilares fundamentales del proyecto. “Trabajamos con productores locales, pequeños y comprometidos, y aprovechamos nuestra expansión para ayudarles a situarlos en el mapa y darles visibilidad. Eso nos encanta”. Es su manera de rendir homenaje a lo suyo y presentárselo a los clientes través de sus ingredientes. Embutidos de euskal txerri, una raza de cerdo autóctono en peligro de extinción, yogures de Goenaga, un caserío de San Sebastián, burrata de Biribil o pescado de Alakrana son alguno de los ejemplos. Sin olvidarnos, por supuesto, de la seta Perretxico, “un producto muy característico de Álava que representa la esencia del negocio”.
Pero la idea va más allá. La base de la cocina son los productos vascos, pero también los riojanos. “Allá donde nos asentamos, nos gusta trabajar también con productores del lugar. El frutero de la esquina, el carnicero, el pescadero…en definitiva, intentar ser de cada lugar. Aquí somos de Logroño y apostamos también por la tierra. Nos implicamos con la ciudad”.
Una experiencia única
Hablábamos de sentidos y el de la vista es el primero que se pone en marcha nada más entrar a PerretxiCo. Una barra llena de originalidad, color y detalles. Todo en su sitio, colocado al milímetro y recién hecho. ¿Y ahora qué? Comienzan las dudas, ese querer probarlo todo y no saber por dónde empezar. ‘¿Qué me recomiendas?’ “El turrón de foie con yogur colado de caserío está riquísimo”. No se diga más.
Las opciones son variadas, entre otras cosas porque nos hemos adentrado en una taberna activa. “Esto no es solo venir, comer y marchar. Lo ideal es sumergirte en la cultura vasca”. Y a eso ayuda la decoración, la música y, por supuesto, la comida. “En PerretxiCo puedes ir de pinchos, muy común en la ciudad y sobre todo en esta zona de Logroño o sentarte a comer”. Si eliges colocarte la servilleta al cuello, cuatro alternativas: un menú degustación, otro de pinchos, picoteo o el Menú PerretxiCo.
Entre las innovaciones de Josean destacan varios pinchos galardonados en diferentes certámenes nacionales. El donut de cocido vasco, finalista del Concurso de Cocidos del SXXI, la ensaladilla rusa, entre las diez mejores del país, la vacuna de PerretxiCo (un tartar de vaca), la folkatxa de Idiazábal con puerros asados y pesto, o su famoso changurro.
A cada pincho o plato, más originalidad, una presentación muy cuidada y una experiencia única de sabor, pero sobre todo, alma. La misma que impulsó a Josean y Esti a organizar viajes sensoriales gracias a su buen hacer y a sus ganas, y todo maridado con orgullo y pasión por su tierra.
