La Rioja

El Libro de Vida: “Las historias de nuestros mayores merecen ser contadas”

Quién no guarda en una caja cientos de fotos, en color, en blanco y negro. Recuerdos que desencadenan vivencias pasada que, a veces, la memoria va borrando. Imágenes llenas de significado pero sin respuestas porque ya nadie puede contar qué o quiénes son los protagonistas. A veces renegamos de las denominadas ‘batallitas’ de nuestros mayores sin saber que, más que historias, son consejos y enseñanzas.

Por ello, el Centro de Día Gonzalo de Berceo, desde el área de Ocio y Tiempo, puso en marcha hace un tiempo el Libro de Vida. “Intentamos transcribir los aspectos más importantes o destacados de la vida de cada usuario con el fin de otorgar la importancia que se merece esta generación cuyas vidas tienen que ser contadas”, explica Carmen Gimeno, técnico en Animación Sociocultural y responsable de esta iniciativa.

El centro proporciona el espacio y tiempo para que el usuario adquiera un protagonismo absoluto y pueda expresarse, hablar de sus miedos, logros, de lo vivido y de lo soñado. “Todos los participantes tiene la posibilidad de dejar por escrito lo que para ellos es importante y lo que les gustaría que permanecieran para siempre como su legado”. Así, de esta forma, esos recuerdos siempre se mantendrán vivos.

Los beneficios de esta actividad son innumerables, pero quizás, el mayor sea “el gran ejercicio de reminiscencia que se crea. Es un proyecto que podrá guardarse siempre, un banco de recuerdos que se implementa también de forma terapéutica en personas con deterioros cognitivos para potenciar su identidad y estimular la memoria”. Además, refuerza la autoestima del usuario y “es un chute de energía cada vez que se lo enseñan a sus seres queridos”.

A la hora de elegir a los protagonistas, Carmen explica que “intento buscar esos resquicios de memoria que puedan quedar. Pienso que con los mayores que todavía no tienen un deterioro cognitivo tengo más tiempo para hacerlo, pero hay personas que en una semana tiene dos día más lúcidos y hay que aprovecharlos, ya que quizás la semana siguiente ya no los tengan. El tiempo juega en mi contra”.

Asimismo, Gimeno trabaja con aquellos usuarios a los que les cuesta algo más integrarse o tienen alguna dificultad añadida, por ejemplo personas con problemas de audición “que a veces están un poquito más aislados. Recientemente he estado trabajando en el Libro de Vida con una persona con esclerosis múltiple que debido a su enfermedad estaba más triste. Intento motivarles y realzar su autoestima”.

Érase una vez…

Las historias comienzan mucho antes de que los protagonistas hubieran nacido. “Suelo interesarme por sus padres, cómo se conocieron, de dónde venían, si por motivos laborales tuvieron que trasladarse… y a partir de ahí los usuarios me hablan de sus pueblos o del lugar donde nacieron, porque la mayor parte de esta generación proviene de localidades pequeñas aunque luego se trasladaran a Logroño”. Carmen destaca que para ellos su pueblo es algo fundamental, se llenan de orgullo y se emocionan cada vez que relatan cómo se iban a jugar a la plaza, iban a la iglesia o a la escuela.

Todos estos recuerdos van acompañados por fotografías que aporta la propia familia e incluso algunas que Carmen recaba. “Intento conseguir imágenes de los lugares de los que ellos me hablan y así surgen muchas más anécdotas y vivencias”. Un proyecto muy bonito, pero en el que “vivimos momentos muy emotivos cuando les escuchamos narrar los momentos tan duros que han pasado”.

En el índice del libro también puede encontrarse la sección ‘Día a Día’, donde Carmen aprovecha para acercar el centro a los familiares. “Me he dado cuenta de que muchas veces aprovechan la llamada para preguntar qué hacen su mayores en el centro. ‘Es que cuando llega a casa no me cuenta nada, o me dice, pues igual que ayer, lo de siempre’, y en esta sección pongo una foto del familiar con los compañeros de mesa porque hay veces que cuentan ‘hoy he estado con Mari’ y así los hijos, marido, mujer o nietos les ponen cara”. Junto a esto, fotografías del usuario practicando las actividades del centro incluso explicaciones y descripciones de los trabajos que han realizado por parte de los profesionales del Gonzalo de Berceo.

Un recuerdo con el que más de una familia ha descubierto cosas que hasta el momento desconocía. “Es muy gratificante redescubrir a su ser querido y mucha gente me ha contado que, por el paso del tiempo y la enfermedad, sus padres o abuelos habían sufrido pérdidas cognitivas y el Libro de Vida les estaba ayudando a recordar”. Es un trabajo de reminiscencia que, junto con las fotos transporta a los mayores a sus ‘años mozos’ y a esas épocas doradas y, a veces, desgraciadamente, oscuras. Pero todo cuenta, y todo son vivencias que forjan a la persona y dejan un legado maravilloso a las familias. Y es que… ¿qué seríamos sin ellos, sin nuestros mayores?

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