Ignacio Echapresto, una estrella Michelin en el restaurante Venta de Moncalvillo (Daroca de Rioja), ha expresado a EFE su “sorpresa y alegría” de recibir el galardón “Embajador de La Rioja” por parte del Gobierno de la región. Lo ha definido como “un reconocimiento a una trayectoria y a la labor de un equipo”, que hacen que “todos los proyectos que tenemos demos lo mejor de nosotros”.
También se ha referido al panorama gastronómico en España en general y, en La Rioja, en particular, y ha dicho que la gastronomía “vive un momento muy dulce y con un recorrido muy largo”. “Afortunadamente, estamos un montón de cocineros y cocineras que damos lo mejor de nuestras casas”, ha subrayado.
Ignacio Echapresto | Foto: Raquel Manzanares (EFE)
“Somos la punta de la pirámide a la que se nos ve”, pero en la base y en su desarrollo, ha agregado, “hay muchísima gente, que son productores, artesanos, agricultores o ganaderos”. Es ese tejido empresarial, en su opinión, el que “hace que a nuestras casas lleguen productos de primera calidad y que nosotros (los cocineros) no tenemos más que mimarlos lo suficiente para ofrecerlos de la mejor manera a la mesa”.
Echapresto también ha destacado la necesidad de que, pese a la crisis vivida por la pandemia, en el ámbito de la gastronomía se siga manteniendo “la ilusión y las ganas”. “No se debe desfallecer en esta marabunta de noticias pésimas, sino ser uno mismo, identificarte con lo que eres, con lo que haces, saber transmitirlo y no perder la ilusión”.
Ignacio Echapresto y su hermano Carlos, desde la sumillería y sala, impulsaron Venta Moncalvillo como un proyecto de emprendimiento gastronómico en el medio rural, que da continuidad al trabajo que inició su madre y que apuesta por salvaguardar el patrimonio gastronómico riojano. Su propuesta es una cocina atenta al producto de proximidad y de temporada, con la huerta familiar, cultivada desde los principios de la agricultura biodinámica, como suministradora de una carta sensible al territorio.
