El último control de maduración ya “avisaba” el pasado miércoles de que la vendimia en Rioja estaba a punto de generalizarse y así lo constata el último parte de arrastre. Más de 140 millones de kilos de uva recogidos hasta este viernes, lo que supone alrededor de la tercera parte de la cosecha prevista.
Casi la mitad de la uva que ya descansa en las bodegas de la región se ha recogido a lo largo de esta semana. En concreto, en los últimos cuatro días con más de 64 millones de kilos. Jornadas de corquete, cunacho y trajín a pie de viña. También tractores y remolques en las carreteras, por lo que haya paciencia. La madre de la ciencia.
Y como ya es habitual, continúa el retraso de una semana respecto a la vendimia de 2020. En las mismas fechas del año pasado ya se habían recogido el doble de kilos (280 millones), pero lo cierto es que el acelerón previsto para este fin de semana y el Puente del Pilar harán que el ritmo sea similar.
“La vendimia está siendo muy selectiva, buscando el equilibrio apropiado entre la madurez y sanidad de la uva, lo que está permitiendo elaborar con uva de una sanidad adecuada”, han indicado los técnicos del Consejo Regulador. La evolución es dispar entre las diferentes zonas con una ligera oscilación del peso de la baya mientras que la degradación de la acidez es correcta. Asimismo, se aprecia una adecuada maduración fenólica especialmente en Intensidad Colorante.
El tiempo estable continuará los dos primeros días de octubre, pero a partir del domingo llegan las lluvias. Los vientos se intensifican y bajan las temperaturas de manera notable, una situación meteorológica típica de principios de otoño conocida popularmente como “Cordonazo de San Francisco”, en referencia a la tradición que cuenta que cuando San Francisco de Asís sacudía el cordón de su túnica “provocaba lluvias”.
