El Rioja

El legado póstumo de ‘Jario’ que tiñe de blanco millones de cepas

Jesús Galilea, fallecido en abril, encontró a finales de los 90 el primer racimo de tempranillo blanco del mundo

Agustín Galilea, en la viña donde apareció el primer racimo de tempranillo blanco, ahora plantada detie tinto

La de 2020 fue, sin saberlo, la última vendimia de Jesús Galilea Esteban. El pasado 8 de abril ‘Jario’, como lo conocían en su Murillo de Río Leza natal y su entorno, fallecía a los 86 años a consecuencia de un tumor en la espalda. Una vida dedicada al campo que acabó pasándole factura. Sin embargo, el legado blanco que sacó a la luz en aquella cosecha del 88 cubre ahora millones de cepas por todo el mundo.

En el segundo renque de la viña plantada al vaso en el término La Higuerilla, uno de los agricultores que acompañaba a Jesús en una jornada más de corquete y cesto se detuvo durante unos segundos ante una cepa curiosa. “¿Es que tienes aquí viña injertada?” No podía caber otra opción al ver un sarmiento con un racimo de bayas blancas en el mismo pulgar de donde nacían dos sarmientos con racimos tintos. Pero la naturaleza es caprichosa y no entiende de normas. Aquella viña de tempranillo tinto no era injertada y lo que en ella albergaba era una auténtica joya vitícola.

Se decidió no vendimiar aquella cepa y Jesús puso el hallazgo en conocimiento del antiguo técnico de campo de Marqués de Murrieta, Nicolás, con el que mantenía una estrecha amistad. Sorpresa fue mayúscula. “No arranquéis esta cepa”, le dijo ante las intenciones de la familia de plantar viña nueva en espaldera aquel mismo año con el único fin de sacar mayor rendimiento. Y así fue. Llegó la pala y, tras su paso, en aquella finca solo quedó una cepa solitaria que acabó trasplantada en territorio de Igay con un gran cepellón.

Agustín señala la zona donde hallaron la cepa con tempranillo blanco en la viña de La Higuerilla.

Aunque la cepa finalmente se secó, Nicolás ya tenía el sarmiento de oro, aquel que daba aquellos racimos blancos. Y a partir de ahí comenzó un largo proceso de análisis e investigación de la mano del Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agroalimentario (CIDA), donde se hincó la primera plantación de tempranillo blanco en el año 2000.

Nacía de esta mutación natural en un solo gen del color de la piel una nueva variedad que sería incluida como propia en el Registro de Variedades del Consejo Regulador de la DOCa Rioja en 2007. De la tierra con nombre de vino no podía esperarse menos, pero a Jesús lo que más le llenaba de orgullo era buscar en Internet la historia del tempranillo blanco y ver escrito su nombre y apellidos. “Jamás le dio mayor importancia de la que tenía a que aquel primer racimo blanco hubiera nacido en una de sus viñas. Es más, él solía decir que algún año antes ya había visto uvas blancas en aquella viña”, remarca Agustín. Quién sabe durante cuánto tiempo, en cada vendimia, esa cepa sacaba a la luz un tesoro todavía por descubrir.

Eso sí, el reconocimiento institucional llegó en 1998 cuando tanto Jesús como Nicolás recibieron la medalla al Mérito Agrícola por el hallazgo y su puesta en conocimiento del CIDA. Nunca este agricultor “de toda la vida”, que desde chaval se dedicó a la viña y al cereal, imaginó que acabaría formando parte de la historia de una de las Denominaciones más reconocidas a nivel mundial.

Allí en La Higuerilla, entre Murillo y Villamediana de Iregua, las cerca de dos fanegas y media que constituyen el epicentro del tempranillo blanco las ocupan en la actualidad cepas de tempranillo tinto en espaldera sobre una tierra fresca no demasiado húmeda. Paradojas de la vida. “De los primeros injertos de aquella cepa el CIDA le dio alguno a mi padre, pero se secaron y nunca quiso plantar variedades blancas”.

El hijo de ‘Jario’ recorre ahora esa viña e intenta situar, al amparo de sus recuerdos todavía frescos de cuando acudía con su padre a vendimiar, la localización exacta de aquella cepa que ubicó Murillo de Río Leza y el nombre de Jesús Galiela Esteban en el mapa mundial de variedades vitícolas.

Aunque los testimonios de aquellos años ya no se pueden escuchar de la voz del protagonista de esta historia, Agustín, que compagina el mantenimiento de unas diez hectáreas de viñedo tinto con su trabajo en una fábrica, conoce de primera mano cómo se desarrolló todo el proceso del relanzamiento de aquella cepa madre de tempranillo blanco plantada por su abuelo en la década de los 30. Desde su merendero en Murillo, acompañado de la medalla que recibió ‘Jario’ y la famosa foto de la cepa madre con un racimo de tinto y otro de blanco, echa la vista treinta años atrás.

“Se sacaron púas de aquel sarmiento de blanco para injertar y de ahí salieron dos yemas con uvas blancas y el resto negras. De aquellas muestras comenzaron a sacar más púas y se plantaron los primeros cientos de cepas de tempranillo blanco experimentales para estudiar su desarrollo y ratificar así el descubrimiento histórico”, explica. El CIDA fue quien se encargó de la evolución de la cepa, que pocos años después daría su resultado fermentado con un valores altos de rado alcohólico, acidez total y polifenoles.

La primera vinificación se produjo mediante estrujado sin despalillado en el 2004. “Salieron pocas botellas y muchas de ellas se exhibieron en la feria Salicar que anteriormente se celebraba en Albelda de Iregua. Después el CIDA le cedió el testigo a la Bodega institucional de La Grajera, quien plantó viñedos experimentales distribuidos por las diferentes zonas de producción de Rioja para analizar su comportamiento ante diferentes condiciones meteorológicas y suelos”, recuerda Agustín.

Esta joven variedad, de brotación tardía y madruación precoz, se caracteriza por criar unos racimos de tamaño mediano, sueltos y con bayas pequeñas. Muy similar a simple vista a su homónima en tinto, el rendimiento en cambio es mucho menor. Con algo más de 30 años de vida, se consolida ya como la segunda variedad blanca de la Denominación, solo por detrás de la viura, ocupando unas 755 hectáreas a fecha de 2020 (un 12,62 por ciento del total del viñedo blanco en producción de Rioja).

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