El astro

La tormenta obliga a los coches a refugiarse del granizo bajo los puentes

Un tormentón como el que este jueves ha barrido el Valle del Ebro siempre entraña peligro, pero mucho más cuando sorprende a decenas de conductores en la carretera y la intensidad es tal que obliga a aminorar la marcha y a encontrar refugio donde buenamente sea posible.

Eso es lo que le ha ocurrido a un conductor riojano en la carretera de Pamplona, que se ha visto a obligado a parar por completo su coche bajo una granizada de época. “¡Bua, qué pedrada! Está la carretera peligrosísima”, explicaba, con el coche detenido bajo un puente mientras, aún así, resuenan los golpes del granizo contra la estructura del coche.

En cuestión de minutos, el asfalto se ha cubierto de una peligrosa capa blanca que ha llamado a la sensatez: a parar el coche y esperar a que, tras la tempestad, el cielo mostrase algo de clemencia.

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