La Rioja

La feria: una vuelta que “sabe a gloria” después de un año y medio

Reuniones y más reuniones donde la negativa era constante. Varios protocolos presentados, infinitas propuestas y siempre un “no” por respuesta. Este ha sido el resumen de los últimos 18 meses para los trabajadores de la Asociación de Industriales Feriantes de La Rioja. Pero por fin, un año y medio después y dejando atrás a muchas familias que han tenido que buscarse la vida en otros oficios, la feria vuelve a Logroño.

“Esta actividad podía haber abierto hace mucho tiempo, pero el desconocimiento del sector y la idea de que feria y fiestas tienen que ir de la mano nos ha perjudicado mucho. Somos una empresa que puede funcionar independientemente de los festejos; lo estamos demostrando y ha costado demasiado que las Administraciones entendieran eso”, explica Juan Manuel Ortega, feriante y vicepresidente de la asociación.

Estos profesionales achacan el retraso en la apertura al miedo que provoca pronunciar la palabra ‘feria’, “porque lo relacionan con multitud, pero Logroño cuenta con un recinto con una amplitud espectacular y la actividad se desarrolla al aire libre. ¿Qué diferencia hay entre las barracas y el mercadillo? ¿Por qué ellos sí y nosotros no? Era un sinsentido”, señala Pedro José Arnedo, secretario del colectivo.

Desde este viernes y hasta el 4 de julio, 69 instalaciones entre atracciones, churrerías, mesones y casetas se hacen fuertes en el recinto ferial de la capital riojana. “Hasta el día 20 de junio están obligadas a estar todas; a partir de ese día, algún compañero puede que marche a alguna otra feria, si es que hay”. Arnedo destaca que durante este mes “contaremos con los mismos que vienen en San Bernabé, pero los visitantes podrán encontrarse con alguna que otra atracción nueva, que otros años no venían por estar en otras plazas”. Además, Juan Manuel añade que reactivar la empresa cuesta mucho dinero y hay gente que no ha podido llegar.

De cinco de la tarde a doce de la noche, hasta la 1 de la madrugada los sábados, las luces volverán a brillar y el “era un domingo en la tarde, fui a los coches de choque…” volverá a sonar en un espacio que contará con controles de aforo y un límite de acceso de 2.000 personas como máximo.

‘Feria Park Las Norias’

La propuesta que han presentado los feriantes es la de un ‘parque de atracciones’ denominado Feria Park Las Norias, vallado y con dos accesos, ambos con entrada y salida donde varios trabajadores controlarán y coordinarán las personas que entran y salen. Además, los visitantes deberán utilizar el hidrogel que encontrarán antes de entrar y será obligatorio el uso de la mascarilla en todo el recinto. “Tampoco se puede comer ni fumar en el ferial, solo en las terrazas de las churrerías y mesones habilitadas”.

Normalmente, los feriantes no suelen estar más de quince días en un mismo lugar, pero ahora llegan a Logroño para quedarse un mes. “No tenemos nada, llevamos un año y medio cerrado y necesitamos volver, estar, rodar las atracciones y negocios… Sabemos que la afluencia en fiestas es mucho mayor, pero de no tener nada a esto… es la gloria. Queremos trabajar y esta es una manera de empezar a respirar. Hay muchos, muchos compañeros que lo han pasado muy mal, teniendo que recurrir a la familia o a préstamos para poder mantener la empresa, incluso trabajar fuera del sector, y otros ni siquiera han podido llegar a este momento”, lamenta Ortega.

En este momento Logroño se convierte en el ‘antes y después’ del sector. “Va a ser el espejo en el que se reflejen otras ciudades del norte. Somos los primeros de la zona en abrir y así sucedió en Andalucía. Primero fue Sevilla y al ver que funcionó bien, le siguieron Jerez, Granada o Córdoba. Lo mismo va a pasar con nosotros”.

Con la esperanza puesta en la vacuna y cruzando los dedos para que esto sea un principio sin fin, los feriantes confían en la ventaja de estar un mes entero en la ciudad: “La gente se va a repartir más y no va a haber aglomeraciones. Hay ganas e ilusión, por parte de la gente y sobretodo por la nuestra. Queremos demostrar que sin fiestas podemos existir, trabajando con seguridad, y así lo vamos a hacer”.

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