La Rioja

Fusión rural entre restricciones: naturaleza, gastronomía y patrimonio

Ezcaray y Sajazarra han sido dos de los destinos turísticos estrella durante esta Semana Santa

Hay escenarios rurales que esta Semana Santa se han llevado el palmarés en el catálogo de destinos turísticos más visitados dentro de las fronteras riojanas. El continuo y abundante goteo de turistas locales ha llenado por completo villas cuyos nombres y paisajes se han colado durante estos días festivos en las redes sociales.

Pueblos donde hay cabida para un plan de zapatillas y bastones de montaña, para saborear unos pinchos al sol o bien para recorrer empedrados y discurrir a orillas del río. Muchas escapadas riojanas han desembocado en la localidad riojalteña de Ezcaray, donde la fusión rural se hace más que evidente en este entorno natural de gran atractivo. “Sin duda, la Semana Santa ha sido mejor de lo esperado”, remarca su alcalde, Gonzalo Abajo.

“Mucha gente, mucho turismo de montaña, muchas bicicletas y también mucho turismo gastronómico por los bares del pueblo. El tiempo ha acompañado y la gente no ha querido dejar de visitar Ezcaray ante la diversidad que ofrece. La hostelería y restauración, además, ha trabajado muy bien durante todos estos días, llegando incluso a rechazar a clientes  porque no tenían mesas disponibles ante la reducción de aforos”, añade el primer edil con muy buenas sensaciones.

Las previsiones que había para estas fechas en cuanto a la ocupación hotelera no eran del todo optimistas ante el confinamiento de las localidades de Autol, Cervera del Río Alhama y Pradejón, que provocó numerosas cancelaciones a pocos días de comenzar la temporada: “Hubo mucha preocupación inicial, pero finalmente los alojamientos como apartahoteles o apartamentos han trabajado muy bien, en torno al 85 por ciento de ocupación. Aunque aquellos hoteles de gama más alta han estado al 50 por ciento”. “El nuevo parking de caravanas recientemente estrenado también ha estado a tope, muy concurrido durante toda la Semana Santa”, añade el alcalde de Ezcaray.

A escasos 40 kilómetros, otra villa riojana se erige entre viñas y cereal como una de las localidades más buscadas en el navegador del coche durante estos días. Lo tiene todo: patrimonio cultural e histórico, río, gastronomía e incluso arte. “El pueblo en sí es un recorrido museístico de arte contemporáneo al aire libre”, según describe el concejal de Turismo y Cultura de Sajazarra, Perfecto Uriel, en compañía del río Mardancho a las faldas del castillo.

Lo cierto es que, más allá de esta histórica construcción de piedra de sillería o la Iglesia de Santa María de la Asunción, ambos Bienes de Interés Cultural, “el lugar más fotografiado por excelencia se lo llevan las manos de las Paredes Amantes, obra de Miguel Molina y Gema Hoyas”, recientemente restauradas. “Cuenta la leyenda del pueblo que estas dos viviendas tan próximas albergaban a dos amantes cuyas familias estaban encontradas y solo podían verse a través de las ventanas que daban a esta estrecha calleja”, relata Uriel.

El arte que rodea a este municipio de La Rioja Alta se funde con casonas y casas emblemáticas muy bien conservadas que han llamado la atención de cientos de turistas riojanos durante esta Semana Santa. “Es complicado cuantificar el número de visitas que hemos tenido porque carecemos de un sistema de muestreo, pero sin duda ha habido muchísimo movimiento. Hacía mucho tiempo que no se veía algo igual en el pueblo”.

Con un único restaurante y una pequeña tienda de ‘souvenirs’ y productos locales, Sajazarra se ha ajustado perfectamente a la llegada masiva de turistas, “algo habitual en momentos puntuales como este”. El concejal reconoce que “ser nombrado uno de los pueblos más bonitos de España influye bastante a la hora de optar por este destino rural”, pero señala y aplaude “el buen comportamiento de la sociedad ante el cumplimiento de las medidas COVID”.

“Creo que el restaurante habrá multiplicado por dos o tres el servicio de comidas durante estos días, por no hablar de la ocupación en la terraza”, apunta. A pesar de contar con alojamientos rurales y una posada que se esta convirtiendo en hotel rural, las pernoctaciones en la villa apenas han sido llamativas, “ya que el turismo que ha predominado es el de día, con movimientos de interior entre pueblos”.

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