La SD Logroñés ha ganado a Osasuna B (2-0) y se encarama nuevamente a la zona alta del Grupo II-Subgrupo B. Tras varias semanas sin facilidad para anotar, ha vuelto la mejor versión del conjunto entrenado por Albert Aguilá. A su tradicional solidez se ha unido la máxima efectividad. Dos chispazos en el primer cuarto de hora; primero de Álvaro Sánchez, y después de Javito, han sido suficientes. Trece puntos ya para los blanquirrojos, que abren una brecha con la zona baja.
Jero Lario ha vuelto a cuajar un enorme encuentro bajo palos. Felino, con reflejos y sin dejar margen a los delanteros rivales. Ha tenido bastante trabajo, porque los pamplonicas no han venido a Logroño de turismo. Córdoba y Aranguren, en dos ocasiones, han probado suerte; siempre contra un muro. Un candado que lleva tres partidos seguidos sin encajar gol. La defensa en este equipo también es fija: Chacón, Caneda, Ledo y Aizpún. Como para no. Han podido llegar más goles, porque los logroñeses han fabricado muchas más ocasiones.
En la segunda mitad, los pamploneses han querido cambiar las cosas desde el banquillo, pero las sustituciones han conseguido el efecto contrario. En vez de avivar el fuego, lo ha apagado. Han sido los locales quienes han tenido muchas más ocasiones de gol. Iñaki Álvarez ha detenido un mano a mano de Imanol Echevarría y posteriormente, el delantero de Arróniz ha tenido otra ocasión. También Carlos Calderón, en una vaselina frustrada por Iñaki. Bajo una lluvia intensa en la capital riojana, se han consumido los minutos hasta el pitido final.
La SD Logroñés continúa con grandes sensaciones y probablemente, llegará a Navidad con los deberes encarrilados. Cinco puntos ya sobre la zona roja y la próxima cita será frente al Tudelano en tierras navarras. Y en el horizonte, el encuentro de Copa del Rey ante el Zamora.
