El Rioja

El vino de verano: entre lo sofisticado y la estigmatización

Altas temperaturas, terrazas llenas, encuentros con familia y amigos… El verano obliga a refrescar el paladar con algo que, además de ser suave y gustoso, anime al disfrute. Es justo en esta época estival cuando se abren paso, entre cervezas y refrescos, las bebidas derivadas del vino que brinda, en la mayoría de casos, un toque menos sofisticado pero igual de sabroso.

Tintos de verano, sangrías, rebujitos, … La lista es extensa, pero los expertos y críticos del mundo del vino las consideran bebidas que “estigmatizan y pervierten la bebida original porque son demasiado sencillas”. Así lo califica Santiago Rivas, uno de los ‘gurús’ del vino perteneciente al Colectivo Decantado, al afirmar que estos combinados tienen poca cabida en España.

“Para una marca con renombre es un insulto que uno de sus vinos pueda servir para elaborar un tinto de verano. Es más, para que este tuviera cierto prestigio debería buscar la sofisticación en sus ingredientes, es decir, usando unos de calidad. Además, la maceración carbónica sería el método de elaboración estrella para otorgarle la mayor carga afrutada y que no se note ningún aroma a madera”, apunta el divulgador.

Para una sangría, Rivas apostaría por un semidulce del año o similar, “algo diluido para que el azúcar sea lo más natural posible”, en cuyo caso “tiene más posibilidades de hacerse con pretensiones de sofisticación dentro de un orden, a diferencia del tinto de verano”. El crítico sentencia que, a pesar de su atractivo en épocas de calor, estos derivados del vino apenas tienen cabida en un país en el que el consumo de esta materia prima también es escaso.

El rey de los derivados

“Es el método de elaboración lo que realmente diferencia a un espumoso de cualquier otra bebida derivada del vino. Estos son vinos que se conciben como tal, que desde su nacimiento van enfocados a una manera de elaborar un vino base de calidad mediante el método ‘champenoise’. Es un proceso mucho mas cuidado para que la fermentación se produzca de forma controlada y la formación de la burbuja sea lo suficientemente fina”, apunta la directora técnica de Bodegas Bilbaínas, Maite Calvo.

Así nacen los espumosos, unos vinos que también son más agradables de beber y más frescos, con menor graduación alcohólica y con gran aceptación en verano, pero que nada tienen que ver con los derivados del vino: “No llegan ni al nivel de concepto, ni de calidad, ni de elaboración”.

La directora técnica de Bilbaínas, bodega pionera en la comercialización de la categoría de espumosos dentro de Rioja, apunta que la historia del ‘champagne’ va acompañada de los vinos tranquilos casi desde sus inicios. “Champagne Lumen, que ahora lo hemos recuperado como espumoso de Rioja, se hacía desde 1913; antes como champagne y ahora como espumoso, pero no podemos de hablar de una apuesta novedosa porque ya existía desde entonces”, aclara.

Junto con Royal Carlton, que tradicionalmente era un cava, la bodega elabora dos espumosos dentro de la Denominación de Origen, pero asegura que “será cuestión de tiempo que el resto de bodegas vayan sacando sus nuevos espumosos para, ojalá, llegar a alcanzar el distintivo de Rioja como una referencia a nivel mundial”.

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