El Rioja

Los polifenoles del vino, claves en la prevención de enfermedades crónicas

La recomendación de tomar una ‘copita’ de vino al día está ya tan generalizada que hay muchas personas que lo cumplen con rigurosidad y más en tierra de viñas como es La Rioja. Pero, ¿todas ellas conocen los motivos científicos que hacen de este consumo de vino moderado un beneficio para la salud?

Ahí entra en juego el papel del Departamento de Enología del Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV) en colaboración con la Unidad de Microbiota del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR). “Aunamos fuerzas para llevar a cabo una investigación multidisciplinar centrada en estudiar los mecanismos que demuestren científicamente que una copa de vino diaria es beneficiosa para la salud y explicárselo a la población”, apunta la investigadora científica del ICVV, María José Motilva.

En concreto, los componentes que lo convierten en un producto saludable dentro de la dieta mediterránea son los polifenoles presentes en las bayas. A través de un punto de vista más analítico se estudia el contenido fenólico en la uva para ver cómo influyen las diferentes formas de cultivo y variedades en ese nivel, ya que a mayor presencia de polifenoles, mayor prevención de enfermedades crónicas caridiovascualres y neurodegenerativas, como puede ser el Alzhéimer.

Así, Motilva explica cómo “los polifenoles sintetizan más en situaciones de estrés, como puede ser el generado por la falta de agua en los cultivos, y en variedades que no son muy productivas”. Mientras, el objeto de estudio se ha centrado en la población riojana puesto que “sus pautas de estilo de vida son muy afines a la dieta mediterránea, además de que consumen vino de forma moderada siendo una comunidad relativamente pequeña, no como un hábito vinculado solamente al ocio y fines de semana”, indica la investigadora.

En relación al análisis de este tipo de enfermedades “el motivo es que son las más habituales en las poblaciones desarrolladas, de las cuales se conocen bien los mecanismos de control y los factores de riesgo, como el colesterol elevado, la presión arterial alta”, añade. El cáncer, en este sentido, “no tiene muchas evidencias científicas de que el vino tenga un efecto positivo en su prevención, aunque sí hay estudios que reflejan cierta relación”.

Una investigación que comenzó a principios de 2019 y que, según Motilva, no percibirá los primeros resultados hasta finales de este año ya que todavía se encuentra en fase inicial: “Se requiere de una línea de financiación para seguir avanzando y estamos pendientes de la resolución de proyectos ya solicitados, pero no partimos de cero, porque el ICVV ya cuenta con un amplio abanico en procesos relacionados”.

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