El Rioja

El estudio microbiótico de los suelos del viñedo, “un reto para Rioja”

De izquierda a derecha, Carolyne Segouard, Eva Navascués, Natalia Olarte y Ana Díez

Una vez más Bodegas Riojanas vuelve a conmemorar la formación vitivinícola en sus instalaciones. En su segunda Master Class de la Escuela de Viticultores el tratamiento sostenible de los suelos y plantas ha sido el foco de las cuatro ponencias que han copado la mañana de este viernes en la bodega de Cenicero. Testimonios procedentes del panorama nacional, y también internacional (Francia), han acercado a técnicos, viticultores, responsables de TICs, empresas de fitosanitarios y demás profesionales la actualidad tecnológica del sector.

Entre ellas, la técnico de microbiología de la Bodega Pago de Carraovejas (Valladolid), Eva Navascués, ha hecho hincapié en el estudio de los suelos, “un campo nuevo todavía por descubrir y experimentar porque el suelo es un gran reservorio”. Los microorganismos que en él habitan son los agentes que se encargan de consumir los productos fitosanitarios que arrojan al campo y llevarlos a las plantas, por eso los estudios que tengan como objeto la actuación de estos microorganismos son “imprescindibles”.

“Analizar la respiración del suelo a través de un gramo de tierra para conocer qué cantidad de CO2 se produce es una forma de conocer cuáles son los terrenos más vigorosos y de mayor calidad para el cultivo de vid”, ha explicado Navascués. Asimismo, la técnico ha recordado que estudiar tanto el número de organismos como el tipo y la actividad que realizan en el suelo es “beneficioso de cara a combatir enfermedades en la madera y hacer cepas más resistentes”.

Desde el Instituto Vasco de Investigaciones Agrarias, la directora de protección vegetal, Ana Díez, ha incidido en la importancia de llevar el desarrollo sostenible al viñedo a través del equilibrio de las tres ‘e’: economía, ecología y ética. Entre otras cosas, su equipo analiza las adhesiones de plantas silvestres al viñedo para ver cómo pueden influir estas en la resistencia de enfermedades, la producción y la calidad de la vid, así como los residuos de fitosanitarios que se acumulan en la planta y afectan a la fermentación del vino.

En este sentido, Díez trabaja en la viabilidad de productos bioestimulantes no fabricados a través de síntesis químicas para su utilización en el campo de forma única o compatibilizándolos con los químicos. “Estas técnicas son el futuro y Rioja las debe percibir como un reto. Ya hay bodegas receptivas que están entrando, aunque todavía de forma ralentizada, pero saben que la sostenibilidad en el viñedo ha venido para quedarse”, ha apuntado Díez.

Algo en lo que coinciden algunos de los asistentes a la jornada. “Más allá de la caída aromática de los vinos a causa del excesivo uso de fitosanitarios están los riegos para la salud. Pero todavía estamos en fase de aprendizaje porque la adaptación supone un trabajo ingente e influye mucho la carencia de medios tanto humanos como económicos en La Rioja que retrasan el desarrollo”, ha indicado la enóloga Elsa Ubis.

Por su parte, procedente también del sector enológico, Lidia Rigeira ha incidido en que Rioja “está empezando a abarcarse en este mundo pero muchos otros países le llevan años de delantera, así que se necesita concienciación y apoyo”. Desde el mundo del Big Data, el responsable de IOT de Bosonit, Óscar Ruiz considera que “los datos son el petróleo del siglo XXI” y “es importante subirse al carro de la viticultura 4.0 si se quiere seguir creciendo porque ahora Rioja va muy retrasado”.

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