Más de cuatrocientos aficionados de la Unión Deportiva Logroñés han entendido este domingo que no había mejor plan que pegarse una buena kilometrada para pasar frío en las gradas del Reino de León. Lógicamente, ni el gasto en gasolina ni la tiritera han sido su principal motivación, sino la de participar en una fiesta de esas en las que cualquiera lamenta su ausencia al contemplar imágenes como estas.
La parroquia blanquirroja ha vivido en sus carnes una montaña rusa de emociones. Nervios con el empuje inicial de la Cultural Leonesa, tensiones sacudidas con el gol inicial de Ander Vitoria, terrores nocturnos en la segunda parte y una euforia descontrolada con el pitido final.
No era para menos. Su equipo ha logrado en León un triunfo que supone un paso de gigante (nadie ha dicho que definitivo) hacia el campeonato de grupo, que allana de lo lindo el camino hacia Segunda División. Así ha gozado la afición de la UD Logroñés en una cita que forma ya parte destacada de los desplazamientos a enmarcar para los más fieles del club riojano.
