Gastronomía

Lo que hay que ver: ‘En Logroño sí se moja el churro’

La mayoría de ellos suelen llevar consigo una larga tradición familiar. Pero nuevos o clásicos, todos representan el paraíso para los golosos. Los puestos de churrerías se extienden por Logroño desde octubre hasta mayo, pero ya antes, en San Mateo, se puede ir abriendo boca en la feria.

Un producto tradicional que, a veces por devoción y otras por capricho, tiene mucha acogida entre los transeúntes de la ciudad. Lo más vendido sigue siendo la tradicional docena de churros con su chocolate caliente y los lazos o churros de chocolate.

Y como todo en esta vida, el mundo del churro también está viviendo su propia modernización. ‘Topings’ de virutas de chocolate, sirope de dulce de leche o, incluso, fresas acompañan a este producto en la actualidad. Siempre y todo al gusto del consumidor.

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