La ‘Operación Oikos’ contra el amaño de partidos en Primera y Segunda División sigue adelante. El juez ha decretado libertad provisional para el futbolista riojano Íñigo López con una fianza de 75.000 euros a pagar en un plazo máximo de 10 días. Además, debe comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes, se le retirará el pasaporte, debe comunicar un posible cambio de domicilio y tiene prohibido salir del territorio nacional. Sigue investigado por pertenencia a grupo criminal, corrupción en el deporte y estafa.
Dos son los encuentros que están siendo investigados. En primer lugar, el encuentro de la temporada 2017-18 de Segunda División (Huesca – Nástic de Tarragona). El extraño comportamiento de las cuotas en las casas de apuestas dio la voz de alarma. Por otro lado, el Valladolid – Valencia de la última jornada de Primera División 2018/19 también está en el punto de mira.
Según ha informado este viernes El País, el riojano Íñigo López (RC Deportivo) habría tenido un rol importante dentro de la organización. Las diligencias policiales colocan a Carlos Aranda y Raúl Bravo como ‘cabecillas’ de la trama. En un escalón inferior, se situaría López. Su función sería ‘captar jugadores (normalmente profesionales), para predeterminar resultados de partidos, principalmente de fútbol’. El cometido habría sido ejecutado junto a Samu Saiz (Getafe) y Carlos Caballero (Fuenlabrada).
En la operación, también se ha hallado la existencia de un ‘tercer nivel’, que estaría compuesto por Borja Fernández -retirado recientemente días del Valladolid-, Carlos Martín Briones (Mora CF) y tres personas de la SD Huesca: su presidente (Agustín Lasaosa), su exdirector deportivo (Emilio Vega) y su médico (Juan Carlos Galindo).
Las pesquisas arrojan otras conclusiones como que Bravo y Aranda eran conocidos como los ‘malos’. En una ocasión, Íñigo López se habría encontrado con Aranda en la estación madrileña de Atocha y este le pidió ayuda para cobrar una supuesta deuda con Lasaosa. A partir de ahí, López habría dado cuenta a Galindo de que ‘los malos’ estaban reclamando una deuda al presidente, según apuntan las investigaciones policiales.
