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Recuerdos e ilusión detrás de la barra: “El fútbol construyó este barrio”

Pese a que los más jóvenes no lo hayamos vivido, Logroño tuvo fútbol de élite. En los años noventa, equipos como Barcelona, Real Madrid y Atlético visitaban el pesado y vetusto césped de Las Gaunas. Aquel era otro fútbol, donde primaba más el físico y menos el talento. El CD Logroñés se convirtió en un clásico a nivel nacional y puso a La Rioja en el mapa. Hace no tanto tiempo, la Avenida República Argentina era testigo del paso de miles y miles de aficionados, camino al estadio para ver al equipo de sus amores.

Este deporte tiene un ingrediente ‘mágico’. Y es que no solamente se juega en el campo, sino que beneficia a toda una ciudad. Bien lo saben en el Bar Tucumán, abierto desde 1966, con su fachada intacta y testigo de más de medio siglo de fútbol capitalino. Rodrigo lo regenta desde hace año y medio con su mujer y su suegra: “El fútbol construyó este barrio”. Cinco décadas atrás, el entorno del Parque Gallarza formaba parte de los extrarradios de la ciudad. Hoy en día, es un lugar céntrico y concurrido por casi todos los logroñeses; y el balompié tuvo gran parte de culpa.

“Mi padre ha vivido aquí toda la vida y desde pequeño tengo el recuerdo de que la afición venía de la Laurel, pasaba por Gran Vía y subía por República Argentina hacia Las Gaunas”. La calle ha sido sede de bares míticos (Mar de Plata, Tahití o Argentina), pero los más antiguos son el Tucumán y el Cinco Pesos. Muchos de ellos con denominación de origen, al igual que la avenida. Todo tiene su intrahistoria.

“Al final de esta calle estaba el antiguo Ferial y el campo. El fútbol trajo más ambiente y dio una vida tremenda a la ciudad”, reconoce. Por ello, cuando hace dieciocho meses le surgió la oportunidad de llevar el establecimiento, no lo dudó: “Me hacía mucha ilusión volver y estamos encantados con el barrio y con la gente. Ahora con este playoff, queremos recordar un poco los tiempos del viejo Club Deportivo”.

Fuente: Google Maps (Jose Antonio León)

La iniciativa arrancó en el encuentro frente al Mirandés, donde las previsiones superaron todos los pronósticos. “Vino muchísima gente, no dimos abasto y hubo un gran ambiente y muy buen rollo. Queremos repetirlo”, resalta. El local lucirá sus mejores galas para este domingo, en la previa del UD Logroñés – Badajoz. Cuerdas blanquirrojas, banderas y temática del club coparán el local. La ocasión es idónea, pues coincide con la quedada blanquirroja en el Gallarza.

“Este bar es de toda la vida. Paso hacia el fútbol, copa, puro y partida de cartas. Tanto la afición como los jugadores después de los entrenamientos se tomaban el vermú en el Tucumán y en el Mar de Plata”, rememora Rodrigo. Todo lo que sube, acaba bajando. Y así ocurrió con el ‘Señorgol’. Al bajar de categoría, disminuyó también la expectación de la barriada. Tras más de década y media de letargo futbolístico, Logroño quiere despertar y acercarse a las sensaciones de antaño.

“Nosotros vamos a empezar a abrir los domingos por la tarde y lo hacemos por la afición. Mis amigos son todos de la UD Logroñés y quiero disfrutar con ellos”, comenta Rodrigo. En caso de pasar a la siguiente ronda, la intención es bastante clara: comprar el partido con Footers para así poder ofrecerlo en el bar. “Se nota mucho ambiente, la gente está hablando del partido y se nota ilusión, creen que un ascenso daría vida a la ciudad y a la hostelería”, relata.

Con respeto a este sector, desde el Tucumán echan en falta algo más de unión: “Quiero que todos nos unamos un poquito con la afición”. Anteriormente, el club vendía entradas en el Cinco Pesos y ahora, el hostelero echa en falta medidas similares. “Sería un puntazo, yo no tendría ningún problema en venderlas aquí”, resalta.

La fiesta estará abierta a todo el mundo, sea aficionado blanquirrojo o pacense. “El día del Logroñés – Mirandés estaban todos juntos y todo fue perfecto. Tenemos una oferta de copas, calimochos y cervezas, pero si todo sigue así nos animaremos a sacar bocatas o demás productos”, avanza. El fútbol siempre debe ser una fiesta, y más cuando está en juego la posibilidad de subir a Segunda División.

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