El Camino de Santiago es el camino de las historias. Del norte, del sur, de oriente, de occidente… Donde se cruzan experiencias personales, ilusiones, trayectos. También es sinónimo de reto individual, colectivo, de amigos, de familias, etc. Y en esa variedad de perfiles están también los que se lanzan a viajar desde las Antípodas hasta esta parte del mundo. Este es el caso de una familia de neozelandeses que estos días recorrer el Camino a su paso por La Rioja.
Entre los integrantes de este núcleo familiar llama la atención la presencia de una niña de ocho años. “Al cruzarme con ellos, me saludaron con un ‘hola’ y yo sorprendido me trate de defender en mi ‘spanglish’ y me comprometí a difundir esta foto de la pequeña peregrina”, cuenta un lector Rafa Ruiz, que fue testigo de su llegada a las puertas de La Rioja, en el albergue de Sansol. El Camino está lleno de “las más bellas y puras aventuras humanas, que desde siglos a todos los riojanos, y españoles nos regala el Camino de Santiago”, recalca.
Sarah y Kel, con su chiquilla, son los protagonistas de esta historia. “Hemos venido desde Nueva Zelanda para andar desde Saint Jean Pied de Port hasta Santiago de Compostela. Nuestro viaje durará 51 días o quizás unos días más”, recocían. Tampoco descartan seguir más tiempo por España tras el peregrinaje. “Nos encanta la hospitalidad de los españoles, especialmente con nuestra hija”.
La historia de esta familia de Nueva Zelanda se une a las múltiples que cada día hacen el Camino. En los últimos tiempos estas tienen una nacionalidad estrella: la coreana. Todo ello motivado por la influencia de un famoso grupo local de K-Pop que está llenando de jóvenes de Corea del Sur la peregrinación a Santiago.
También es un lugar de encuentro, donde perfiles muy variados confluyen y durante unos días se entremezclan y unen vidas muy variadas, cada una con un objetivo, aunque todas con un mismo final: una experiencia vital.
