El escritor, conferenciante y periodista Fernando Gallardo, uno de los mayores expertos del país en tendencias y nuevos conceptos del turismo, ha sido uno de los ponentes invitados este martes a participar en las VIII Conversaciones Heladas, que se desarrollan bajo el título ‘Somos campo’. Y las noticias que ha traído Gallardo a Ollauri no son buenas. El medio rural está en decadencia y, por lo tanto, también el turismo rural.
Lo ha ido haciendo evidente a través de su exposición, en la que ha insistido en que la tecnología “no es solo la herramienta que usamos para vivir mejor. Es nuestro hecho constitucional. Somos un hecho tecnológico”.
Precisamente la tecnología ha hecho que la mayoría de la población mundial se concentre en grandes ciudades, “porque lo que nos hace evolucionar es la conexión, el hecho social”. Hasta tal punto llega el desapego al entorno rural que “los humanos inventarán una forma de alimentarse sin el auxilio de la agricultura, la ganadería o la pesca”.
Ha aportado también datos. Solo el 4,3 por ciento de la población española vive hoy en el entorno rural. En 1900 era un 97,9 por ciento. El PIB que representa es un 2,5 por ciento. El medio rural se está despoblando y eso provoca, entre otras cosas, que el turismo rural esté en decadencia.
El número de alojamientos rurales ha crecido desde los 300 del año 1990 a los 15.000 de 2013. En ese momento se produjo un estancamiento y ahora hay un pequeño repunte. “Sin embargo el número de turistas que recibe España nunca ha parado de crecer”, ha apuntado.
Sin renovación
Las perspectivas no son buenas. Los usuarios del turismo rural envejecen y no hay renovación. Es un producto muy estacional que tiene una ocupación media anual del 19,31 por ciento (algo por encima del 22 en La Rioja), y para ser rentable tendría que estar por encima del 60 por ciento. Está muy atomizado: hay 16.597 establecimientos de turismo rural. Está regentado por diletantes, personas poco conocedoras del negocio. Además, el turismo en España lo mantienen los visitantes internacionales y solo el 0’87 por ciento de esos turistas son rurales.: 658.000 de 82,6 millones.
¿Hay luz al final de ese túnel? “Sí. La gastronomía es capaz de convertirse en el vínculo cultural, tecnológico y diferencial con el medio rural”, asegura Gallardo. Todo un reto. Y toda una oportunidad.
