La condena a siete años de prisión contra Ángel Gómez ‘Alti’ por los abusos cometidos sobre una persona discapacitada ha conmocionado en su conjunto al atletismo riojano. Pero, especialmente, a uno de los grandes puntales de este deporte en la región.
Camilo Santiago está especialmente afectado por el oscuro caso de ‘Alti’, su entrenador hasta que los tribunales lo han considerado culpable de este delito continuado. “Están siendo unos momentos muy difíciles para mí”, ha declarado el atleta en su perfil en las redes sociales, subrayando que “mi relación con él está acabado”.
Asimismo, Santiago avanza que este mismo lunes comenzará a entrenar con otro preparador, José Luis Mareca, y solo desea “que la justicia haga su trabajo”.
“Los valores que alguien olvidó”
El resto de componentes del club Añares Rioja también ha expresado su impacto por los abusos cometidos por ‘Alti’. Y, tal y como subraya el tópico, el deporte siempre ofrece una reválida. Uno de los atletas de la entidad, Jesús Fernández, ha reconocido que “ha sido una semana muy dura para mi club; es una decepción enorme”, pero este mismo fin de semana la competición es el escenario idóneo para “recordar los valores que alguien olvidó”.
En Cantabria, este sábado se celebra la prueba de los 10 kilómetros Villa de Laredo, en la que participan varios atletas del Añares. Entre ellos, Camilo Santiago y Fernández, quien reconocía antes de tomar la salida que “no va a ser fácil ponerse esa camiseta hoy, pero vamos con la cabeza alta”.
“Me habéis arruinado la vida”
El propio ‘Alti’ ha emitido este fin de semana un comunicado en el que defiende su inocencia a capa y espada, pese a que la Audiencia Provincial de La Rioja considera probado que abusó sexualmente y de forma continuada de una persona discapacitada.
El preparador alude a “alguna mano negra” y carga contra los medios de comunicación, a los que acusa de “haberme hecho portada, arruinándome la vida, sin que la sentencia sea firme y estando recurrida”. La justicia riojana, además de los siete años de cárcel, también le ha impuesto una multa de 8.000 euros de indemnización por daños morales y la inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio retribuido o no que conlleve el contacto regular y directo con menores o discapacitados por un periodo de tiempo de 7 años.
Asimismo, le ha prohibido acercarse o comunicarse por cualquier medio con la víctima durante 10 años y 6 meses. Además, una vez cumplida la pena, el tribunal le condena a 6 años de libertad vigilada
