En los tiempos del ‘brunch’, el ‘afterwork’, el ‘take away’ y el ‘candy bar’, se agradecen los lugares que siguen llamando a las cosas por su nombre y se aferran a la tierra. Este domingo, callejeando sin rumbo fijo por los barrios de San José y Madre de Dios, hice un grato descubrimiento que bien merecen unas líneas.
No está en una zona muy transitada ni es un rincón especial de Logroño. Una calle normal con gente normal tomando el vermú. Hasta que llega el girito que tiene toda historia que merece la pena, lo que los cineastas llaman el toque Lubitsch.
Un bar vegano con una fila de porrones sobre la barra para dar la bienvenida a la clientela. Empezamos bien. Así, sí. Qué tiempos aquellos en los que casi todos los bares contaban con un porrón de zurracapote durante las fiestas o las cuadrillas preparaban el suyo propio. Las tradiciones hay que respetarlas, aunque puedan sufrir pequeñas variaciones.
Por eso, en ‘El Arao’ han apostado por ofrecer un “almuerzo riojano” todos los domingos (7,50 euros) que va cambiando de fin de semana en fin de semana. Sólo tiene una condición: es vegano. En mi afortunado encuentro: pisto, champiñones, patatas hortelanas, tomate y pan. Y un porrón de cerveza, vino o agua, claro. Hayas ido o no a misa, puedes cumplir con la tradición riojana del domingo.
‘El Arao’ (Padre Marín, 20) se define como “un local de tapas y platillos vegetarianos y veganos a ritmo de buena música, en buen ambiente y con la energía de saber que no matamos animales”.
