La Consejería de Agricultura del Gobierno de La Rioja ha dictaminado que parte de las cepas autorizadas como DOP Cava, cuyos propietarios intentaron inscribir irregularmente en la DOCa Rioja, tendrán que ser arrancadas.
Las plantas que desaparecerán del terreno son aquellas que se encuentran en un área de en torno a quince hectáreas fuera de las zonas amparadas por Cava y que, aún así, se intentaron regularizar administrativamente como Rioja. El resto, en cambio, podrá mantenerse como Cava, si bien el Ejecutivo frustra el intento de sus propietarios para adscribirlas a la DOCa.
Así lo ha confirmado este martes el consejero Iñigo Nagore, anunciando que comparecerá “en no mucho tiempo” ante el Parlamento para detallar las explicaciones oportunas, tal y como reclamó el grupo socialista el pasado 9 de agosto, cuando salió a la luz el escándalo.
Nagore ha relatado que desde la Consejería detectaron que “algunas de las concesiones que se efectuaron en un reparto que se hizo con destino a plantaciones de Cava se habían intentado inscribir como Rioja”, por lo que “se pusieron todos los medios necesarios para que ninguna de esas parcelas terminase en la DOCa”.
