El Rioja

El Paisaje Cultural del Vino de Rioja, una candidatura “sin garantías de éxito”

El informe sobre las aspiraciones de Rioja a Patrimonio de la Humanidad concluye que “no hay un elemento que garantice el éxito de una nueva candidatura”

“Definitivamente, no existe un Valor Universal Excepcional que se ajuste a lo que considera habitualmente ICOMOS (el organismo asesor de la UNESCO para analizar las iniciativas presentadas). No hay un elemento claro que avale y garantice el éxito de una nueva candidatura”. Así de rotundo se muestra el informe técnico elaborado para estudiar el proyecto ‘El paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa’, que fracasó en mayo de 2015 cuando intentaba ser declarado Patrimonio de la Humanidad.

Pese a que el nuevo grupo de trabajo se formó en 2016, sus conclusiones nunca se han hecho públicas por ningún organismo participante en el mismo y se ha alegado que se sigue trabajando en una reformulación del proyecto para que este tenga mayor fortuna próximamente. Sin embargo, según la documentación a la que ha tenido acceso NueveCuatroUno, no hay “garantías de éxito” en esta candidatura se pongan los esfuerzos que se pongan en ella.

El equipo formado por Emilio Barco, profesor de Economía aplicada de la Universidad de La Rioja (UR), Agustín Azcárate, director de la Cátedra UNESCO de la Universidad del País Vasco, y José Luis Remón, en representación del Gobierno de Navarra, sí ha observado, sin embargo, diversos atributos que, “articulados conjuntamente en un relato estructurado con precisión, rigor y brillantez, podría -quizá- alentar alguna esperanza de éxito”.

Y ponen algunos ejemplos, como la cultura del vino y su gran profundidad histórica en el contexto, potencia de la candidatura, tal como las fuentes consultadas confirman que existe, así como las regaderas tradicionales y su relación con la viticultura. Otros elementos que ensalzan son la arquitectura tradicional vinculada al vino, fundamentalmente chozos y guardaviñas, y los lagares rupestres, con un seguimiento documental que puede alcanzar los mil años como mínimo (sus perspectivas arqueológicas están aún por valorar).

A pesar de ello, prosigue el informe, estos elementos no se presentan ni continua ni uniformemente sobre el territorio: “Su carácter intermitente invita a su consideración como un ‘Bien en Serie’, opción que ICOMOS también contempla. La máxima densidad de elementos de interés se da en algunos espacios concretos, “por lo general estrechos valles de topografía contrastada y a salvo de la mecanización y la viticultura moderna más agresiva”.

Pese a que en el encargo realizado al grupo técnico no se ha solicitado un análisis de posibles delimitaciones de carácter geográfico, sí adelanta que, “de manera inequívoca”, la futura candidatura (en caso de realizarse) deberá referirse a un ámbito territorial notablemente inferior al contemplado en 2014. Se da por hecho entonces que no entraría en este nuevo proyecto La Rioja Baja (también conocida como La Rioja Oriental), incluida en la candidatura por las presiones de los alcaldes de esta comarca al anterior Ejecutivo regional.

“Un gran esfuerzo”

“Afrontar una nueva candidatura exigiría un gran esfuerzo, no sólo técnico sino también económico”, añade el informe, que precisa numerosos trabajos temáticos y estudios transversales de integración con carácter “muy intensivo”.

“Pero, sobre todo, serán imprescindibles tanto la implicación activa de los estamentos políticos como la activación de cuantas medidas fueran precisas para comprometer la participación de los agentes socio-económicos del territorio. Todo ello, sin garantías de éxito”, finaliza.

Pese a las prisas por presentar la candidatura en 2015 y la fuerte polémica levantada entre La Rioja y el País Vasco (sobre todo por la delimitación geográfica), el director general de Cultura y Turismo del Gobierno de La Rioja, Eduardo Rodríguez Osés, señalaba tras el fracaso inicial que los plazos dados por las tres regiones implicadas (Navarra también se ha apuntado a la fiesta) iban a ser más generosos: “En este caso podría ser en febrero del 2017, pero también del 2018 o incluso del 2019”.

Lo que sí adelantaba Rodríguez Osés en 2016 es que esa evolución desde los lagares rupestres a las mejores muestras de la arquitectura del vino del siglo XXI puede ser la gran línea argumental de la futura candidatura, aunque se sigue trabajando bajo un secretismo que levanta suspicacias de inacción por la falta de novedades.

Más recientemente (abril de 2017), daba explicaciones en el Parlamento de La Rioja la consejera de Desarrollo Económico e Innovación, Leonor González Menorca. “Había que reformular el proyecto y aplazar la candidatura porque se debe cambiar la argumentación, máxime cuando Navarra manifestó entrar en la misma”, relataba González Menorca, quien comentaba que, al definir la candidatura como un ‘bien en serie’, hay atributos de la misma “de enorme interés” que deben tener un estudio más minucioso.

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