Ante la ‘moda’ de llevarse el boj del arco de San Bernabé, no hay otra solución que poner vallas alrededor del mismo y así evitar que quede pelado antes de los actos oficiales del día 11 de junio. Ya hemos visto en años anteriores que duraba un suspiro tras los banderazos de la alcaldesa Cuca Gamarra y hasta que los logroñeses trepaban para hacerse con las ramas más altas.
El Ayuntamiento de Logroño intentó el año pasado concienciar a sus ciudadanos con unos carteles que apelaban al respeto por este símbolo de la ciudad, pero parece que el problema persiste y que tiene difícil solución. “No sé si habrá que poner un policía ahí”, señalaba el concejal de Festejos, Miguel Sainz, como idea al azar. Por el momento, el arco perderá parte de su esplendor por la falta de civismo y educación de la ciudadanía.
