Firmas

Una mañana sin interés

Ayer* casi me quedo dormido. No es que se me cerraran los ojos en el Parlamento por el tedio de su sesión sino que apagué la alarma a primera hora del día sin darle opción a que volviera a sonar. La típica mañana en la que todo empieza tan torcido que desayunas con el periódico diciendo que un imán radical de Logroño va a ser expulsado de España al darle duro al salafismo wahabi.

Hay días en los que te levantas con noticias tan inesperadas como que en media hora arranca el Pleno en el antiguo convento de La Merced. No miento. De verdad. Ni me acordaba. Al echar un vistazo a la prensa, la agenda y las redes sociales, a ritmo de café medio frío por no darle dos vueltas más en el microondas, descubres que los diputados riojanos han quedado para discutir sobre varias cuestiones que ni te van ni te vienen. A ellos tampoco. Y es posible que a los riojanos menos aún.

Tic, tac. Hostia. Una ducha rápida y un andar con prisa. ¿Y si llego tarde? Pues nada. Qué se le va a hacer. Entre declaraciones de incompatibilidades y la designación de miembros del Consejo Regional de Cooperación al Desarrollo, se pasan unos minutitos que te permiten sentarte como si nada hubiera pasado. Abierto el ordenador y con las manos sobre el teclado para apuntar todo lo que allí se diga, tus dedos se mantienen inmóviles. ¿Qué les pasa? Nada. Es tu mente la que no da la orden de que comiencen a bailar porque no hay nada que apuntar. ¿Qué hago? ¿Qué hago?

Llega entonces al correo electrónico un aviso de juerga. El delegado del Gobierno, Alberto Bretón, ha leído en el periódico lo mismo que tú sobre el imán amigo de los Hermanos Musulmanes y ha decidido dar una rueda de prensa.

A mediodía, cuando una sirena suena en el centro de Logroño como si fueran a bombardear el Paseo del Espolón cual Stalingrado, el delegado comparecía para explicarnos lo mismo que nos contaba el compañero Luisja en “un medio de prensa escrita” con más detalles. Está prohibido decir nombres propios de medios de comunicación para no hacer publicidad. A ver si después de 125 años alguien no va a conocer La Rioja (diario, se entiende).

Al salir de ese edificio inhóspito, frío, lúgubre y oscuro por dentro, donde el tiempo parece detenerse en pleno corazón de la capital riojana, el sol brillaba radiante y acariciaba las mejillas de los logroñeses que tenían la suerte de estar a esas horas por la calle. ¿Una caña? ¿Un vino? Cualquier excusa era buena para no volver al Pleno del Parlamento. Allí todo había acabado antes de empezar. La falta de asuntos de interés ha tocado techo. O fondo.

*Se refiere a ayer si lees esto el viernes 20 de abril. En caso contrario, la referencia temporal puede ser más amplia. O también puede valer porque resulta que coincide con otro día en el que estampo la alarma contra la pared. Quién sabe. Mejor no intentemos aclarar nada porque todo es posible. El Parlamento nos vuelve locos.

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