La Rioja

Gonzalo Peña deja Izquierda Unida y pone su acta de concejal a disposición de Cambia Logroño

El concejal logroñés pone su cargo a disposición de la asamblea de Cambia Logroño

El concejal del Ayuntamiento de la capital riojana por Cambia Logroño, Gonzalo Peña,  ha anunciado en la tarde de este martes a través de una carta publicada en Facebook que abandona Izquierda Unida. “Es una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar no solo en lo que se refiere a la política, sino en mi vida”. “Si no tolero las imposiciones del Partido Popular en el Ayuntamiento, tampoco las voy a aceptar en la organización de la que formo parte”, afirma Peña en la carta.

La decisión fue tomada por el concejal logroñés hace una semana. “La gota que colmó el vaso fue recibir la semana pasada en casa un burofax que decía que debía dinero (sin especificar la cantidad) a Izquierda Unida y que, en caso de no abonarlo, se me abriría un expediente disciplinario”. “En Izquierda Unida se llevan manteniendo dinámicas y actuaciones desde hace mucho tiempo que deben ser cambiadas, tanto en lo externo como en lo interno”.

Respecto a su continuidad como concejal en el ayuntamiento logroñés, Peña anuncia que lo pondrá a disposición de la asamblea de Cambia Logroño. “Aunque el acta de concejal es a título personal, nunca lo he sentido así. Siempre he considerado que es algo que pertenecía colectivamente a Cambia Logroño. Cuando uno es representante público, más aún si es portavoz, tiene que predicar desde el ejemplo. Por eso, al cambiar mi situación en Cambia Logroño y también por una cuestión de ética y convicción personal, no me voy a aferrar ahora al cargo y lo pondré a disposición de la asamblea para que se determine si debo continuar o no como concejal. En base a la decisión que se adopte, actuaré en consecuencia”.

Este es el texto completo de la carta publicada por Gonzalo Peña.

“Me cuesta enormemente escribir estas líneas para anunciar una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar no solo en lo que se refiere a la política, sino en mi vida. Tras transmitírselo en persona al coordinador y comunicarlo al conjunto de la militancia de Logroño, desde el día de hoy dejo de formar parte de Izquierda Unida. Creo que uno tiene que ser honesto con los demás, pero sobre todo con uno mismo y actuar de manera consecuente respecto a lo que piensa y siente. Por ello, lo coherente es asumir que no puedo continuar en un partido cuya deriva excluyente, tanto de fondo como de formas, no voy a permitir que me cueste más salud.

La asamblea regional para elegir la nueva dirección y, sobre todo, lo ocurrido después de ella supusieron un punto de inflexión por el señalamiento público a varias personas, entre las cuales me encontraba. Lejos de reconducirse, la situación continuó agravándose en el tiempo. Hubo quien a partir de entonces alimentó en Logroño un ambiente tóxico y en diciembre cruzó la línea con ataques en lo personal, descalificaciones a la espalda o acusaciones muy graves, lo cual fue intolerable tanto para mí como para otros compañeros y compañeras. Nunca se habló internamente de ello ni se exigió responsabilidad alguna.

Lo que sí se trató y decidió en la coordinadora regional fue el hecho de obligar a elegir entre Izquierda Unida o Impulso Municipalista a las personas que formamos parte de una plataforma que tiene como fin compartir problemáticas y trabajar en común desde la base de los municipios por una transformación social. Si no tolero las imposiciones del Partido Popular en el Ayuntamiento, tampoco las voy a aceptar en la organización de la que formo parte. Menos aún si lo que se está haciendo es cumplir el mandato federal de desarrollar sujetos colectivos aglutinadores que trasciendan los límites del partido. Que la dirección de IU se quiera imponer a una plataforma de encuentro común dice mucho de la misma, donde quizás lo que se buscaba era seguir en la estrechez de unos márgenes dogmáticos en los que algunos se sienten muy cómodos o bien forzar la salida de ciertas personas.

La gota que colmó el vaso fue recibir la semana pasada en casa un burofax que decía que debía dinero (sin especificar la cantidad) a Izquierda Unida y que, en caso de no abonarlo, se me abriría un expediente disciplinario. Cuando se fijaron las asignaciones del Ayuntamiento, renuncié a una parte de lo que me correspondía como portavoz porque consideraba que era suficiente con lo que percibo en la actualidad y esa parte se destinó al grupo municipal de Cambia para su funcionamiento. Cada mes desde que comenzó la legislatura dono voluntariamente una parte de mi salario a IU y otra a diferentes colectivos sociales. Así lo hice en lo que se refiere al partido hasta julio del pasado año (unos 5.000 euros en total hasta entonces) cuando la coordinadora local, sin previo aviso, decidió situar a Izquierda Unida al margen de Cambia Logroño en una rueda de prensa hablando de las elecciones de 2019. No sé qué me decepcionó más entre que nadie me dijera nada a la cara nada de ello y encontrarme con ese escrito, que se me reclame un dinero que yo donaba de manera voluntaria o que se sitúe la preocupación económica por encima de la empatía. Creo que en una organización política, junto a los objetivos que la mueven, han de estar siempre presentes el respeto y el afecto como motor fundamental. Tristemente, es algo que he echado en falta en más de una ocasión.

Una de las cosas que también he extrañado es la falta de refuerzo al trabajo colectivo de Cambia, siempre a la sombra del debate de hacer más visible IU en Cambia Logroño. Las mismas personas que en Izquierda Unida no han llegado a creerse la esencia de Cambia Logroño, viendo en ella una mera extensión electoral, han acabado por agotar a quienes, siendo de IU, asumimos en Cambia la actividad diaria. IU es una parte, pero no el todo y el cambio social está por encima de cualquier bandera, protagonismo o partidismo particular.

Cuando uno da un paso adelante, ha de saber que va a estar expuesto a muchas cosas. En Izquierda Unida se llevan manteniendo dinámicas y actuaciones desde hace mucho tiempo que deben ser cambiadas, tanto en lo externo como en lo interno. Junto a otros compañeros y compañeras, tratamos de virar el rumbo, pero se decidió mantenerse en lo que había. A partir de entonces, se intensificaron los palos en las ruedas. Me identifico completamente con el programa y el proyecto de IU, pero hay quienes ni hacen ni dejan hacer y en casi todo ven un enemigo permanente imposibilitando los puentes de unión. El cúmulo de lo sentido durante los últimos meses no solo me ha afectado políticamente, sino también personalmente y he terminado por quemarme. Por ello, ante el viso de que se va a continuar igual, me he visto obligado a decidir y he preferido apartarme, sin portazos. Tengo claro que la militancia es algo muy importante como para convertirla en una suerte de guerra interna.

A pesar de todo el desgaste de lo anterior, me quedo con lo bueno. En Izquierda Unida he conocido, he aprendido y he crecido. Con todos mis aciertos y errores, con mis virtudes y defectos, he dado lo mejor de mí y he puesto mi corazón en ello. Desde que me afilié cuando vivía en Carabanchel, durante todos estos años como militante he intentado que hablaran por mí mis actos y no mis palabras desde el compromiso, el trabajo y la honestidad que me exijo como algo innegociable. A partir de ahora continuaré con esa misma implicación en Cambia Logroño como miembro independiente y en los movimientos sociales de los que formo parte.

Aunque el acta de concejal es a título personal, nunca lo he sentido así. Siempre he considerado que es algo que pertenecía colectivamente a Cambia Logroño. Cuando uno es representante público, más aún si es portavoz, tiene que predicar desde el ejemplo. Por eso, al cambiar mi situación en Cambia Logroño y también por una cuestión de ética y convicción personal, no me voy a aferrar ahora al cargo y lo pondré a disposición de la asamblea para que se determine si debo continuar o no como concejal. En base a la decisión que se adopte, actuaré en consecuencia.

No voy a realizar más declaraciones al respecto porque considero que las explicaciones dadas son suficientes ni voy a entrar en un fuego cruzado en los medios convirtiendo esto en un espectáculo porque creo que no es la manera y el estilo de hacer las cosas. Reconozco que atravieso un momento emocionalmente duro, así que durante estos días desconectaré y trataré de recuperar fuerzas porque sigue habiendo una ciudad y un mundo que cambiar.

Gracias por la comprensión y el apoyo.

Un abrazo,
Gonzalo”

 

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