Un despiste, un cabezazo… la Guardia Civil ha abierto una investigación sobre las causas del accidente de un autobús este domingo en la ruta Madrid – Logroño – Pamplona, donde han resultado heridas una veintena de personas. La única certeza que se tiene en la mañana de este lunes es que el conductor ha dado negativo en las pruebas que se le practicaron en alcohol y drogas en el momento del suceso.
“Se ha acercado demasiado al lado derecho y, al pisar fuera del arcén, el autobús ha continuado por tierra abierta provocando el vuelco del mismo. Los motivos que originan esa salida de vía todavía se están investigando”, señalaba un agente del instituto armado en el propio del lugar del siniestro a los micrófonos de la televisión pública castellanoleonesa.
Miguel Ángel, pasajero de la parte delantera del autocar, comentaba al Diario de Burgos que todo ocurrió muy rápido, pero da una pista de lo que pudo pasar: “Estaba mirando el GPS en el móvil cuando he visto al chófer dar como un cabezazo y un instante después ya estábamos volcados”. Otro viajero, Pablo, indicaba al mismo periódico que la peor parte fue para aquellos que no llevaban el cinturón: “Esos han quedado peor parados. Yo sí que lo llevaba puesto y, como viajaba en el lado izquierdo, me he quedado colgando”.
Otra de las pasajeras, Cristina, ha detallado este lunes en Radio Rioja (Cadena SER) que notó cómo el autobús empezó a perder el control y hubo un movimiento brusco. Acompañada de su hija pequeña (12 años), esta viajera también destaca el uso del cinturón como elemento determinante para las desgracias evitadas: “El autobús era muy nuevo y tenía cinturones que van desde el hombro hasta abajo, ya que normalmente son sólo para la cintura. Hablaríamos de otra cosa en caso de haber tenido otro tipo de autobús”.
