La Rioja

José Ignacio Ceniceros: “Juntos podemos llegar donde jamás hemos ido, ¡viva La Rioja!”

El presidente de la Comunidad de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, ha pronunciado este viernes en el patio herreriano del Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla el discurso institucional del Día de La Rioja, donde también ha entregado la Medalla de La Rioja al Grupo de Danzas de Logroño y ha distinguido a Carlos Coloma como Riojano Ilustre. Además, ha entregado el Galardón a las Artes Riojanas 2017 a José María Purón.

El discurso

No todas las tradiciones y celebraciones encierran las mismas dosis de trascendencia. Su repetición algunas veces nos impide calibrar su relevancia. Y hoy nos encontramos en una de esas celebraciones que ocupan un escalón superior.

Hoy, 9 de Junio, figura en este selecto grupo de fechas que merece la pena disfrutar a lo grande, por muchos motivos. El más evidente es el carácter eminentemente histórico de la misma, ya que para los riojanos supone la oportunidad de decir en voz alta que su Comunidad Autónoma tiene un sello propio desde que en esta misma fecha de 1982 se aprobara en las Cortes Generales el Estatuto de Autonomía.

Fue el principio de una etapa que, tal y como reza el artículo 146 de la Constitución Española, se definía como «la expresión de la identidad histórica» de La Rioja, que convirtió en realidad su derecho al autogobierno.

La Ley Orgánica 3/1982, de 9 de Junio -nuestro Estatuto de Autonomía– se convirtió en el respaldo ideal a la hora de proclamar como principios superiores de la vida colectiva: la libertad, la igualdad y la justicia. Y, según señala el artículo 7.3 del Estatuto, de manifestar una clara y firme voluntad de “mejorar las condiciones de vida y trabajo” de todos sus habitantes” e “incrementar la ocupación y crecimiento económico”.

Hoy, 35 años después, al celebrar el Día de la Comunidad, sale a relucir una vez más el orgullo de ser y sentirse riojano para dar un nuevo impulso a nuestro gran proyecto común.

Como cada año, el pueblo de San Millán de la Cogolla nos acoge. Y este Monasterio de Yuso se engalana, resplandece y rompe por unas horas su quietud. Este fue el lugar elegido para la firma del proyecto de Estatuto de Autonomía.

Aquí también se escribió la primera página de la lengua española. Una lengua que hablamos más de 500 millones de personas, por lo que este enclave es un lugar emblemático para nosotros y un punto de referencia para el mundo hispanohablante.

En este año celebraremos el vigésimo aniversario de la Declaración por la UNESCO de los Monasterios de San Millán de la Cogolla como Patrimonio de la Humanidad.

Saludo a ese mundo hispanohablante, y en especial a las colectividades riojanas asentadas en el exterior que sé que, vía internet, están siguiendo este acto. Y traslado mi felicitación a todos los riojanos y riojanas, deseándoles un gozoso día.

Celebrar el Día de La Rioja es reafirmar que somos parte de España. Es saber que somos más fuertes cuanto más lo es nuestro país. Es renovar, desde esa identidad compartida, el compromiso del pueblo riojano con los valores de la democracia, de los Derechos Humanos y el Estado de Derecho. Y la Constitución Española de 1978 es la norma suprema del ordenamiento jurídico español.

Afortunadamente, y ante derivas soberanistas, vivimos en un país que dispone de los mecanismos para defender estos valores fundamentales.

Queridos ciudadanos de La Rioja:

La realidad presente de un pueblo es la consecuencia de su pasado. Y hoy es un buen momento para recordar que nuestro origen autonómico descansa en el anhelo, la voluntad y el valor del pueblo riojano por ser y vivir en comunidad.

A nuestros jóvenes les digo que cuando se planteó la cuestión de la organización territorial del Estado, sólo los riojanos creíamos en los valores y posibilidades de la construcción y desarrollo de La Rioja como comunidad autónoma.

En ese objetivo, y en un tiempo en el que todo estaba por hacer, por encima de las dificultades, el pueblo de La Rioja empezó a caminar. Y lo hizo a conciencia.

Frente a las dudas y a la oposición de los poderes políticos centrales, un activo movimiento de honda raíz popular impulsó nuestro proceso autonómico, sustentado en nuestras señas identitarias y singularidad como comunidad.

Ya en el siglo XVIII, la Real Sociedad Económica de La Rioja Castellana y, luego, en 1812, la Convención de Santa Coloma, habían sido el germen que propició un movimiento de reivindicación y de afirmación de la identidad riojana.

Fue una movilización popular espontánea, entusiasta y pacífica, que reclamó para La Rioja el lugar que nos correspondía. Los riojanos queríamos constituirnos en comunidad autónoma uniprovincial, con arreglo a lo previsto en el título VIII de la Constitución. Pero el deseo no era suficiente.

Desde Madrid se apostaba por la integración de la provincia de Logroño en Castilla y León o en un gran conjunto regional, junto al País Vasco, Navarra e incluso Aragón.

Ante estas circunstancias, el pueblo de La Rioja vino a confirmar y a asentar una tesis del científico más conocido y popular del siglo XX, Albert Einstein. “Hay –dejó dicho– una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

Fue ésta la fuerza poderosa para la consecución de la autonomía riojana. La voluntad de los ciudadanos y de los políticos riojanos de la época. La voluntad de todos. La voluntad de La Rioja. … Y esa confluencia de voluntades hizo que los ayuntamientos pusieron en marcha, en 1979, el proceso que conduciría a la aprobación y sanción de nuestro Estatuto, en 1982.

Desde entonces han pasado 35 años. Y la voluntad de hacer cada día una Comunidad mejor, desde el autogobierno, no ha dejado de fortalecerse. Es un activo intangible de comunidad. Es un valor que nos une y nos fortalece. Una facultad que nos identifica como riojanos, que hoy reconocemos y exaltamos.

Porque esa férrea voluntad y la capacidad de la que supimos dotarnos han sido determinantes en el desarrollo económico, social, cultural y medioambiental de La Rioja.

Creo, sinceramente, que ni los propios riojanos que en su día reclamaron la autonomía podían imaginar la modernización y el progreso de nuestra comunidad en estos 35 años.

Esa voluntad ha venido contribuyendo a hacer de la nuestra una sociedad más justa, cohesionada y mejor. Nadie hubiera adivinado hace unas décadas los avances logrados en el reconocimiento de nuevos derechos subjetivos. Y es que esa voluntad está presente en nuestra cohesión social. En el tercer sector de La Rioja. Porque detrás del propósito de garantizar la inclusión y la integración de todos, está la solidaridad y generosidad de los riojanos y su voluntad de combatir la exclusión y la pobreza.

Esa voluntad está presente hoy en nuestra reactivación económica. En la creación de empleo. En el fortalecimiento empresarial. Porque detrás de cada puesto de trabajo, está la capacidad de nuestros trabajadores y autónomos, y las ilusiones y aspiraciones de muchos emprendedores y pymes.

La voluntad de todos expresada en las urnas también ha favorecido el dinamismo democrático, la transparencia y la regeneración de nuestra vida pública. La voluntad de diálogo político, social, institucional y civil ha contribuido a forjar un nuevo clima de entendimiento y unión, que nos está permitiendo alcanzar grandes acuerdos en beneficio de los riojanos. Acuerdos en beneficio de las familias y en defensa de nuestros intereses en España y en Europa.

Todo ello nos está ayudando a alcanzar nuevas metas y proponernos nuevos objetivos. Nos está permitiendo abandonar las urgencias del pasado y poder reflexionar sobre nuestro porvenir. Decidir sobre nuestro propio destino.

Hoy, 9 de Junio, volvemos a comprometernos con el futuro, con el futuro de cada ciudadano de la Comunidad de La Rioja. Y confío en que todos juntos trabajaremos sin descanso por una meta que merece la pena. Por conseguir que 316.000 objetivos se conviertan en uno solo, compartido por todos.

Hoy celebramos el Día de La Rioja, que es el día de las personas de esta tierra, no el de sus instituciones. El de cada una, con sus realidades y esperanzas. El de las 889 personas que en el mes de mayo encontraron un empleo y el de aquellos que siguen esperando, y que saben que hoy tienen mayor posibilidad de conseguirlo.

Juntos hemos logrado poner a La Rioja al frente del crecimiento económico y la creación de empleo de nuestro país. Que nuestras exportaciones sigan rompiendo techos históricos. Y que se vislumbre ya un horizonte prometedor.

Juntos hemos logrado ser clara referencia en la calidad de los servicios públicos. Y así lo señalan las evaluaciones y lo perciben los ciudadanos, en el ámbito de la Educación, la Sanidad y los Servicios Sociales.

Juntos hemos logrado reducir de forma notable el porcentaje de riesgo de pobreza, así como la tasa de abandono escolar temprano.

Juntos, todos, hemos hecho posible reconocer por Ley una Renta de Ciudadanía.

Todo esto es parte de lo que hemos conseguido, gracias a la estabilidad institucional, la paz social y el esfuerzo de todos. Y se ha hecho con menos impuestos, cumpliendo los objetivos de estabilidad presupuestaria, con el déficit más bajo desde 2005 y con una cifra de deuda que nos consolida como una comunidad fiable, más competitiva y de futuro. Que tiende puentes a cientos de jóvenes que tuvieron que emigrar en la crisis. Que hoy se muestra atractiva para el emprendimiento y las nuevas inversiones productivas.

Vivimos un tiempo nuevo en el que desde el Gobierno de La Rioja nos esforzamos en hacer las cosas como se deben hacer. Desde el diálogo, el entendimiento y el respeto político.

Desde este simbólico lugar en el que nos encontramos y con ocasión del Día de La Rioja, deseo apelar a las ansias de entendimiento y unidad que inspiraron a los autores de nuestro Estatuto, para renovar el pacto social y político por la autonomía. Porque hoy, igual que ayer, se dan las condiciones para superar enfrentamientos y divisiones, y trabajar unidos para hacer frente con éxito a los retos de comunidad que tenemos planteados en el horizonte.

Donde no falta voluntad, siempre hay un camino. Y el pueblo de La Rioja –me gustaría que todos seamos reflejos de él– ha demostrado que tiene una férrea voluntad y amplia capacidad para impulsar el crecimiento inteligente, integrador y sostenible que todos deseamos.

Me siento orgulloso de felicitar en este acto a quienes han recibido las más importantes distinciones de nuestra Comunidad.

Enhorabuena por ello; por un logro personal y también colectivo. Por vuestra aportación. Por ser ejemplo para todos los que trabajamos en hacer posible los sueños y aspiraciones de las gentes de esta tierra. Por ser parte importante de la Comunidad que queremos ser.

Sabemos que ganar el futuro depende de que conservemos lo mejor de nuestro pasado: nuestro patrimonio histórico-cultura, nuestras tradiciones, nuestra identidad. Entregar la Medalla de La Rioja al Grupo de Danzas de Logroño es reconocer su magnífica labor de protección y conservación de nuestras costumbres y tradiciones, a través de la recuperación de las danzas populares y los trajes regionales. Una labor que inició hace 75 años la recordada Nieves Sáinz de Aja y que adquiere mayor relevancia en esta hora en la que estamos trabajando para declarar la jota riojana Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial.

De igual manera, entregar el título de Riojano Ilustre al ciclista Carlos Coloma es estimar su firme compromiso con los valores de nuestro pueblo, como el esfuerzo, la fuerza de voluntad y el afán de superación, hasta lograr la primera medalla olímpica riojana a título individual. Un compromiso que le ha permitido vencer dificultades, mejorar y definir nuevas metas, mientras proyecta en cada competición las virtudes, valores y capacidades que nos hacen universales.

Entregar el Galardón de las Artes al cantante, compositor y productor musical Chema Purón es valorar que su meritoria trayectoria en el mundo de la música ha contribuido al enriquecimiento de nuestro patrimonio musical y a la difusión y promoción de La Rioja en el exterior. Una trayectoria en la que ha puesto letra y música a grandes cantantes por todos conocidos.

Con tu permiso, quisiera cerrar mi intervención con el estribillo de una de tus canciones. Así lo hago porque compendia nuestra historia. Y a todos nos obliga a mirar hacia el futuro: ‘Juntos podemos llegar, donde jamás hemos ido’.

Continuando esa historia colectiva e iniciando la marcha hacia ese mejor futuro, os invito a gritar conmigo:

¡Viva La Rioja!

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