La Asociación de Centros de Educación Infantil de La Rioja, integrada en la FER, ha denunciado este lunes la proliferación de un importante número de academias y locales que, amparándose en un vacío legal, acogen niños de edades comprendidas entre los 0 y 3 años para realizar actividades supuestamente educativas, lúdicas y de otro carácter.
Aunque estas entidades son legales, desarrollan actividades alegales e irregulares para la población de hasta 3 años, ya que no están sometidas -como centros de educación infantil- ni a los controles de la Inspección Educativa, ni tampoco al control higiénico y sanitario al que todo Centro de Educación Infantil está sometido.
“Esta es una situación que llevamos denunciando desde hace unos dos años en todas las Administraciones y no se nos ha hecho ni caso lamentablemente”, ha señalado la presidenta del colectivo, Sandra Íñiguez.
La asociación ha dejado claro que cuando utiliza el término de ‘academia’ en ningún momento nos estamos refiriendo a las academias de formación, sino a locales que acogen a niños para desarrollar actividades para las que no están legalmente regularizadas. Y este asunto, al margen del daño que “puede ocasionar y ocasiona” al sector y a los centros por la “competencia absolutamente desleal” es un asunto que deben conocer las familias, las madres y los padres, que llevan a sus hijos a estas academias.
“La academia no está regulada ni capacitada para desarrollar un sistema educativo y pedagógico en las edades de 0 a 3 años y los Centros de Educación Infantil sí hemos obtenido esa capacidad, esa homologación legal , la autorización pública municipal y se han sometido al control y a las normativas sanitarias y educativas”, ha explicado la Asociación, subrayando que “estas academias pueden realizar actividades con niños en edad escolar, pero no con niños de 0 a 3 años”.
Finalmente, el colectivo alerta de los “graves riesgos” que están sufriendo los usuarios de este tipo de centros, ya que las instalaciones no están preparadas ni autorizadas para acoger en sus aulas a estos niños (enchufes, puertas y ventanas, espacios para dormir, barreras arquitectónicas…). “El día que pase algo nos vamos a llevar las manos a la cabeza”, concluye.
