La irrupción en la campaña electoral de un cronista obscenamente desagradable, un tal Pepito Grillo, ha trastocado todos los planes de los cuarteles generales de las grandes franquicias de corruptussinfronteras.eu, “pudrimos” y “¿ciuda_qué?”.
El efecto Pepito ya se deja notar, y no se descarta que a muchos riojanos les acometa un ataque de responsabilidad y empiecen a tomarse la molestia de leer, estudiar y analizar con un poquito más de esmero todo lo que les rodea. De comenzar a recorrer ese abrupto camino que transita desde el sometimiento a la ciudadanía, desde la ignoratio voluntaria al criterio bien sostenido, desde el hedonismo, y la superficialidad más majadera que se pueda pensar, al apretar los dientes.
Es el churchilliano ¡Sangre, sudor y lágrimas!
¿Cómo os creéis, si no, que hemos llegado aquí desde Atapuerca?; ¿tocando la flauta y tomando el sol?…