El inicio del curso político en el Convento de la Merced ha sido, en el Debate sobre el Estado de la Región, lo más parecido a lo que se vivirá en pocos días en cualquier instituto de La Rioja. Calcadito, que diría aquel. Primer día de clase. Mochilas a estrenar, bolis nuevos, algún que otro bostezo por el ‘jet lag’ vacacional, miradas furtivas a los móviles y amigos a la puerta del patio esperando al ‘más popular’ de la cuadrilla para entrar en clase.
El silencio del patio de la sede del legislativo riojano se ha ido llenando poco a poco, primero de murmullos y luego ya de conversaciones y corrillos. Entre el público, muchos buscando con quién compartir el primer pupitre del curso. (“Por favor profe, que nos vamos a portar bien”). Los expresidentes Pedro Sanz y José Ignacio Ceniceros juntos, cerquita de la delegada del Gobierno y el alcalde de Logroño.
En otro lado, los alumnos que vienen de otros municipios al instituto: la alcaldesa de Calahorra, con la de Haro y el de Nájera. A algunos incluso les ha dado tiempo de percatarse de la ausencia de Concha Andreu como expresidenta, pero ella ya pidió el cambio de expediente de este ‘insti’ el curso pasado.
Los Piratas decían aquello de ‘No te echaré de menos en septiembre’, pero está claro que algunos lo que han añorado ya era el agosto pasado. Un mes que, a tenor de las tonalidades de la piel de los diputados, ha ido por barrios. Playa asegurada para Ángel Alda, Toño Eguizábal y Cristina Maiso por sus morenos. Y monte, despacho o buena dosis de crema solar para Héctor Alacid o la propia presidenta del Parlamento, que lucían blancos nucleares.
Luego estaban los que siempre tienen que alardear de pueblo de verano (para los que no lo tenemos es lo peor al estrenar la vuelta al cole). Entre ellos Diego Bengoa, ‘chuleando’ de fiestas, de festival y de la cantidad de turistas que ha recibido este verano Ezcaray.
Y entre chácharas y guiños de esos que dicen “ya estamos otra vez aquí”, Capellán levantaba la mano y salía dar la lección. Alejada de La Rioja para unos, apegada a la tierra para otros, y demasiado larga para todos.
El presidente no había esperado a que nadie se lo pidiese. Como el típico alumno aventajado que está deseando que llegue el inicio de curso y aparcar de una vez por todas la diversión del verano para sumergirse en los libros, quería enfrentarse cuanto antes a una de las tareas iniciales del curso político (como la clásica redacción que la profe manda para comprobar el nivel del alumno).
Se veía venir. Capellán es Capellán y a poco que alguien lo conozca sabe que los presentes no iban a tener un discurso inicial escueto. Desde que los gabinetes repartían su intervención a la prensa se certificaba la realidad. Y las mentes tenían que hacer el primer ejercicio práctico del curso. “61 páginas a unas veinte por hora… Aquí tenemos hasta las dos”, comentaba un periodista que debería llevarse el premio al agorero del día.
El cuadernillo de verano de cualquier estudiante riojano, ese que se empieza con ilusión antes de San Fermín y que se deja colgado tras un par de semanas de piscina, en el presidente se había convertido en casi un máster de su gestión. Más de tres horas en las que el de Haro decidió dejar de lado sus ya tradicionales citas filosóficas para centrarse en una ristra de datos plagados de lo hecho por el Gobierno desde su llegada. “Es lo que tiene trabajar tanto”, se medio disculpaba la consejera María Martín ante la mirada abrumada de alguno a la salida.
“Yo sólo hablo de lo que le interesa a La Rioja”, ha repetido un millón de veces en estos quince meses y, sin embargo, el inicio de su discurso se ha centrado en la futura financiación nacional. Sánchez y Cataluña, Cataluña y Sánchez en sus tres primeras páginas para después bajar a tierras riojanas y desgranar casi al detalle qué ha hecho, que ha dejado de hacer y que ha deshecho.
Las cosas del comer han ido las primeras, sin olvidar la reducción de impuestos. Más de 40,2 millones que han dejado de entrar en las arcas regionales en impuestos para después desglosar las ayudas ofrecidas: 55 millones por aquí, 24 por allá, 30 más arriba, 20 más abajo… Cifras mareantes para los currelas de a pie.
Y de ahí a la primera medida concreta en un esquema que se fue repitiendo cada vez que venía una de ellas. ‘Paradiña’ en el discurso, elevación del tono de voz, medida y aplausos de la bancada popular. Dos mil euros para coche nuevo hasta final de año. A la espera de la letra pequeña, el PSOE ya la ha tachado de “café para todos”.
Detalle y más detalle, hasta el número de contenedores marrones que se han colocado en la región. Ceñido en todo momento a los papeles que solo ha dejado a un lado para hablar de los niños de Nájera y sus penurias para poder jugar al fútbol y para sacar pecho riojano: “No somos menos que ninguna otra comunidad y no tenemos menos identidad que ellas”.
Y así, entre medidas concretas y otras más genéricas y un detalle casi milimétrico, el Capellán menos filosófico ha superado uno de los primeros trámites del primer día de clase. Este miércoles llegará la batería de críticas del resto de sus compañeros, que también tienen ganas de empezar bien el curso.