Algunas noches se alargan hasta el amanecer, y después de tantas horas de goce, los ruidos del estómago se hacen presentes. Muchos son los que acuden a un Kebab a saciar el hambre, pero siguen con la fiesta mientras otros duermen. Es lo que sucede, tal y como le ha contado un vecino al Sereno de NueveCuatroUno en un local ubicado en la calle Vitoria.
“Sistemáticamente se salta la hora de cierre, las 02:30 todos los días de la semana, y permanece abierto hasta el amanecer. Cuando todos los bares de copas de Logroño cierran, la gente viene a la recena ocupando portales, bancos o apoyados en los coches y dejando todo lleno de basura, cristales y, por supuesto, ruido”.
Este lector señala que “si se va a ser estricto con los bares y terrazas del Casco Antiguo, deben serlo también con estos locales de comida rápida, porque si no, el “problema” solo cambia de acera al barrio de al lado. No hay un fin de semana que cumplan su horario, los vecinos estamos hartos. No podemos abrir las ventanas para ventilar las casas con la fresca porque todavía hay cuadrillas pegando voces, y se pueden imaginar en qué estado llegan… ¿Porque no viene Policía Local?”.
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