La Rioja

El acento internacional se hace oír en los comercios logroñeses

El número de vecinos riojanos no para de crecer. Cada vez son más los inmigrantes que llegan a la región en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Es más, la llegada de extranjeros ha llevado a La Rioja a batir un récord de población con un total de 324.226 habitantes, de los que 48.688 proceden de otros países. De esta manera, los vecinos de Logroño se han envuelto en una diversidad de culturas impensable hace unas décadas. Un ejemplo de ello se observa en la calle Somosierra, uno de los núcleos con más concentración de negocios internacionales. Sin embargo, por casi toda la capital se pueden encontrar ‘negocios’ con acentos internacionales.

La carnicería que reúne muchas nacionalidades
La carnicería El Koudia es un negocio en el más amplio sentido de la palabra. Ayoub El Koudia lleva su comercio de venta de carne, aunque ha detallado que ha “diversificado el negocio”. Por eso, en su tienda también se pueden encontrar especias, refrescos, aceitunas, salsas, verduras y hortalizas.

“Somos tres hermanos, pero yo soy el único que trabaja aquí. Mis otros dos hermanos se dedican a la construcción en Marruecos. Más bien compran un terreno, lo construyen y lo venden”. Ayoub ha contado que con cuatro pisos, “más o menos”, es como tener un salario. “Al final con la venta y el alquiler de cada vivienda ganas como si estuvieses trabajando”.

En cuanto a su negocio, ha señalado que los productos “no son riojanos” porque prefiere comprarlos en Vitoria y Bilbao, aunque también en San Sebastián. “Compro lo que más me gusta de cada sitio y lo que más rentable me sale”.

“Hay algunos productos que me sale más rentable a mí que a otras carnicerías, como la carne halal. Pero aún así no sabría decir si mis precios son más elevados o más bajos, depende con qué comercio me compare”.

“Aún así, una de mis prioridades es cuidar a mis clientes. Yo soy musulmán y mi religión me ha enseñado que hay que ser bondadoso con la gente. Es por eso que intento cuidarlos lo más que puedo. De hecho, la mayoría son habituales, es por eso que tengo una relación cercana con ellos”.

“La mayoría de mis clientes son latinos, y lo prefiero. Son personas muy cercanas y amables, además no exigen mucho. Esta es una calle donde viven muchos latinos y, aunque parezca que pueden venir más musulmanes, lo cierto es que no. También vienen clientes que no lo son”.

No son pocos los que visitan el comercio de Ayoub y es por eso que tiene pensado comprar un establecimiento más grande. “Esta tienda es pequeña y hay mucho género que pierdo porque no me entra en el mostrador. Así que los clientes no me la piden porque no la ven a la venta”. No obstante, el carnicero no tiene pensado cambiarse de calle, sino que irá “unos metros más adelante”, porque este local se le queda “pequeño”.

La idea de comprar el local no solo es por ampliar el negocio. El carnicero mira a futuro: “Me quedan diez años de trabajar bien, de dar el máximo. Si el negocio falla, me queda el establecimiento, que lo puedo alquilar o vender y que sea una fuente de ingresos”.

Una tienda que tiene de todo
Tongxian Xu Cheng tiene su bazar en plena avenida República Argentina. “Es un negocio muy diversificado”. Además, no está solo en el negocio. Su mujer y su hijo suelen ayudarle con las ventas. El comerciante ha señalado que los clientes son “muy locales, aunque también hay veces que vienen turistas”. Y lo cierto es que muchos de los que visitan la capital riojana pasan por su negocio en busca de cosas que “se han olvidado, como cargadores de teléfono o cascos para escuchar música”.

“Normalmente, los consumidores de la tienda suelen ser adultos”. Se podría pensar que al tratarse de un negocio “con precios asequibles”, podrían ser más los jóvenes que fueran al negocio de Xu Cheng, pero no son “habituales”. “A veces vienen, pero he notado que los jóvenes son más de comprar online”.

Aún así, los clientes que deciden ir a su negocio suele ser porque es “muy cómodo”. “Al final, vendemos de todo. Si alguien necesita siete cosas que no tienen nada que ver entre sí, vienen aquí y encuentran lo que quieren solo yendo a una tienda”.

También ha contado que muchos entran al negocio y preguntan sobre un producto, porque, aunque la diversificación sea “muy positiva”, en cierta medida puede “despistar a los clientes”. Así que, “antes de buscar, suelen preguntar dónde está”.

Pero su secreto para vender tal volumen de productos no es ese. El comerciante ha apuntado que su negocio funciona porque intentan ser amables con los clientes. Por eso, si un comprador necesita ayuda, intentan hacer lo posible, aunque, a veces, con tanta clientela les es “más difícil”. Y aunque un trato amable con el comprador podría llegar a ser lo imprescindible, Xu Cheng ha concluido que su negocio también funciona porque sus precios son “asequibles”, “no son los más bajos del mercado, pero cualquiera se los puede permitir”.

Una frutería sin miedo a la competencia

La frutería de Binyameen levanta su persiana a las diez de la mañana y no la baja hasta las nueve de la noche. Binyameen vino de Pakistán y la principal razón por la que abrió su comercio fue porque en España “se vende mucha fruta”. Pero también porque “montar una tienda es muy fácil. Para abrir un bar necesitas muchos permisos y mucho dinero. Para una tienda, en cambio, no necesitas tanto”. Sí necesita, en cambio, la ayuda de su familia. Él no suele estar en el comercio porque se encarga de ir a los grandes almacenes de la región a por más fruta para poder venderla en su tienda, pero el comercio no puede quedarse cerrado. Es por eso que su mujer o su primo, por ejemplo, suelen echarle una mano, aunque no son los únicos familiares que le ayudan.

Sus clientes son “adultos, normalmente mayores”. Binyameen ha asegurado que en su tienda venden “todo tipo de fruta”. Sin embargo, ha explicado que “lo más importantes son los precios. Mi negocio funciona muy bien porque los precios son bajos. Mi negocio está abierto casi doce horas y no hace falta abrirlo durante más tiempo porque los supermercados no me hacen gran competencia”. Así que, los tres comercios nos dejan ver que los secretos de llevar un buen negocio residen en el buen trato al cliente y los precios asequibles.

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