El precio del alquiler en España marcó su máximo histórico este abril, con trece euros por metro cuadrado en más de la mitad de las comunidades autónomas, superando el récord de 2007. La Rioja es una de las regiones que ha sufrido esta subida de precios con un siete por ciento en el mes de junio con respecto al año pasado. Es por eso que su capital, Logroño, está viviendo un verdadero problema.
Tan solo son 134 apartamentos los que están expuestos en la plataforma Idealista y la mayoría están situados en el centro. La alta demanda y la baja oferta hacen que alquilar un piso sea muy difícil en Logroño. Así lo explica el presidente de la Asociación de Inmobiliarias de La Rioja (AIR) y gerente de la Inmobiliaria Solozábal, José Antonio Solozábal.
“En los últimos años el precio ha ido subiendo, la demanda también ha subido un veinte por ciento desde la pandemia hasta ahora, pero lo cierto es que no hay pisos que alquilar. Muchos particulares deciden hacer reformas en sus pisos de alquiler porque se dan cuenta de que los precios han subido. Además, por tener dinero en el banco no te pagan”. Así que deciden invertirlo en remodelar sus apartamentos antes de que “la inflación se lo coma”. De esta manera “atraen más clientes” a su vivienda.
Las reformas son “menos habituales” en los pisos de arrendamiento destinados a estudiantes. Solozábal los ha definido como “otro tipo de mercado con otro tipo de clientes”. Estos consumidores optan por pisos “más sencillos” en los que una familia “no se metería”. Son pisos que tienen “lo básico y poco mobiliario”. Aunque “sí que es verdad que los estudiantes de grado o máster, que tienen más años, piden tener más muebles porque tienen otro tipo de necesidades”.
Sin embargo, Solozábal subraya que, aunque sea una manera de atraer más clientes, trabaja en una inmobiliaria desde hace más de veinticinco años y sigue sin entender por qué hay particulares que prefieren hacer ese trámite sin contar con sus servicios. “No entiendo cómo se arriesgan. No todo el mundo considera que necesita la ayuda de una inmobiliaria, pero no son conscientes del trabajo que lleva. Al final somos nosotros quienes les hacemos el trabajo y les proporcionamos seguridad”.
Solozábal compara la situación “problemática” con la vivida después de la pandemia y ha asegurado que 2021 fue “el año de los alquileres porque se fueron completando muchas viviendas y para una larga estancia. El confinamiento hizo que muchos jóvenes decidieran irse de la casa de sus padres y hubo muchas parejas que se separaron, por lo que gente que vivía en un apartamento, pasó a vivir en dos”.
La oferta se vio todavía más afectada hace un año y medio, cuando se aprobó la Ley de Vulnerabilidad y Derechos de los alquilados y “la oferta de las viviendas bajó hasta un 30 por ciento”. Esto sucedió así porque “varios particulares no podían hacerse cargo de todas las exigencias que pedía la nueva ley”. Así pues, optaron por dejar de alquilar su vivienda o ponerla en venta.
Los particulares no fueron los únicos que buscaron una alternativa frente a la ley. Las gestoras bancarias también decidieron vender los pisos que tenían en alquiler porque “no quieren negociar con los clientes que no pagan y se tienen que ir”, asegura.
Aún así, son muchos los vecinos de Logroño los que no buscan comprar un apartamento, sino alquilarlo. El presidente de AIR destaca que el precio está haciendo que, cada vez más, sean “necesarios dos sueldos para poder pagarlo. Antes con un solo sueldo era posible pagarlo y cubrir demás gastos. Pero hoy es muy difícil y por eso muchas personas deciden unirse y alquilar conjuntamente”. A ello se le debe sumar el hecho de que los intereses han subido, “motivo por el que, sobre todo, a los jóvenes les es imposible comprar una vivienda, por lo que solo les queda alquilar”.
“Hay gente que alquila para pagar la hipoteca de su piso; es decir, tienen pocos ahorros y se plantean pedir una hipoteca. Así ponen en alquiler esta vivienda y con lo que cobre de alquiler podrá ir pagando la hipoteca”. Solozábal considera que es una estrategia “muy inteligente” porque al final “terminas con una hipoteca que no te ha costado nada”, práctica cada vez “más habitual”, pero no todos son “tan atrevidos”. Hay algunos caseros “más ‘seguratas’ que, en el momento que ven su dinero en peligro, prefieren retirarse del mercado. Es por eso que tienden a la idea de obtener mayor ganancia con mayor seguridad”.
También subraya la presencia de los pisos turísticos y la promoción del turismo en España, pues “no hay sitio para todos los turistas que visitan el país”. Esto ha hecho que “hayan surgido los pisos turísticos. La demanda turística es abundante y muchos se dan cuenta de la rentabilidad que se obtiene con este tipo de alquileres. La clientela de estos pisos es de otro mundo, pero es necesario, porque no hay hoteles que puedan acoger a todos los turistas. Es la pescadilla que se muerde la cola: hemos hecho que España se vuelva muy turística. Estamos de moda y el turismo es lo que funciona aquí y por eso ahora muchos viven de ello. Aun así, luego no queremos que haya este tipo de pisos”.
“El problema surge porque el país no está organizado para asumir semejante número de turistas. Además, las despedidas de soltero afectan mucho. Es un turismo que se aloja en estos pisos porque suelen ser céntricos y baratos. Sin embargo, ya son muchos los establecimientos que especifican que no prestan sus servicios a aquellos que estén de despedida, como algunos bares de la calle Laurel”.