La Rioja

Los vecinos del Casco Antiguo urgen a revisar la ordenanza de terrazas en Logroño

La plataforma vecinal Demanda Casco Antiguo de Logroño ha vuelto a denunciar este lunes los “incumplimientos y voracidad” por parte de la hostelería de la zona y la “impunidad y depredación con el que algunos establecimientos atienden al orden público en el conjunto del centro histórico”. El colectivo exige que “la Policía Local y el Ayuntamiento comiencen a examinar de oficio estas cuestiones, como han hecho con las terrazas, sin colocar el cargo de prueba en el ya maltratado vecindario”.

Este organismo denuncia que, pese a la reciente campaña de convivencia anunciada por la hostelería, “seguimos detectando incumplimientos flagrantes e impunes” a la ordenanza, apoyándose para tal afirmación en diferentes imágenes tomadas por los propios vecinos en zonas como la Plaza del Mercado o las calles Bretón de los Herreros y San Agustín.

En ellas se aprecia la “ocupación y uso indebido del mobiliario público, excesos de mesas y sillas sobre los generosos límites, mobiliario incorrecto y ruidoso, consumo indebido fuera de las terrazas, puertas abiertas con música, mobiliario sin recoger durante días…”. En este sentido, la plataforma denuncia la ocupación “indiscriminada y casi gratuita” de la vía pública “con la complicidad de la actual y de anteriores corporaciones municipales, hurtando el espacio público a los ciudadanos y con unos horarios extraordinariamente generosos”. “La tasa de basuras, por ejemplo, que pagan viviendas, comercios y hosteleros ha subido el 21 por ciento desde 2019, pero las de las terrazas sólo el 2 por ciento. ¿A quién se está beneficiando?”, se pregunta.

Según las ordenanzas fiscales en vigor, “una terraza de 30 metros cuadrados (diez mesas y cuarenta sillas) en la Plaza del Parlamento tiene un coste irrisorio de 22 euros al mes o de 27,5 euros en las plazas San Agustín, del Mercado o de San Bartolomé”. “En Portales se pagan 30 euros al mes, mientras que Bretón, y otras de las escasas de categoría 1 de la ciudad, se saldan con unos ridículos 53,7 euros mensuales por cada 30 metros cuadrados. La realidad es que es más caro para un vecino de Logroño alquilar un trastero (50 euros al mes) que diez mesas para un hostelero, una colonización del espacio público tan barata que, tras agotar el casco antiguo, se está extendiendo a otras zonas de la ciudad”, subraya la plataforma.

Algo similar sucede con las mesas altas y barricas “que proliferan como champiñones en las calles de ‘chiquiteo’ del Casco Antiguo, cuyo coste unitario es de sólo 27,49 por ciento anuales”. “Pese a la estrechez de dichas calles, denunciamos el descontrol de las mesas altas impidiendo incluso el acceso a los portales de los vecinos, y, en muchos casos, incumpliendo la actual normativa que limita su uso exclusivamente a las fachadas de los establecimientos”. Los vecinos reclaman la “inmediata revisión” de la ordenanza municipal de terrazas con “una drástica reducción de los espacios robados a los logroñeses y de los generosos horarios consentidos por todas las corporaciones municipales y gobiernos de la comunidad autónoma”. “Las administraciones deben devolver el espacio entregado casi gratuitamente a la hostelería y, junto con la Policía, garantizar el descanso de su ciudadanos como derecho fundamental en lugar de escaquearse de su responsabilidad de controlar el ruido y el alarmante y creciente incivismo”, añade.

“Lo que la Policía y los inspectores municipales no ven”

La plataforma Demanda Casco Antiguo lamenta “los continuos incumplimientos de las ordenanzas actuales por parte de parte de la hostelería del centro histórico”. Y lo hace con unas imágenes que “son sólo una muestra de habituales infracciones a las normativas en vigor”. Esto es, a juicio del colectivo vecinal, “lo que la Policía y los inspectores no ven”.

1.- “Excesos de ocupación: los ya de por sí generosos espacios se quedan pequeños y se ocupa incluso el mobiliario público con absoluta impunidad”.

2.- “Consumo fuera de las terrazas y puertas abiertas: pese al supuesto compromiso hostelero por ‘cumplir la normativa’, la gente sigue consumiendo fuera de las terrazas y algunos bares de tardeo siguen con las puertas abiertas y música elevada”.

3.- “Terrazas abandonadas a medio montar y atadas al mobiliario público: terraza abandonada a medio desmontar del bar Tolmay (sólo abre el fin de semana y la deja así el resto de días), atada incluso a mobiliario público (incumplimientos de los artículos 5.e; 6.7 y 12 de la ordenanza). Son habituales también las terrazas atadas a árboles o alcorques”.

4.- “Materiales y retirada de los mismos. La ordenanza (artículos 11 y 12.1) dice que los materiales deberán hacer el menor ruido posible y no dañar el pavimiento. Mesas y sillas apiladas hasta en diez alturas de La Boutique, en Bretón”.

4.2 – “El resto de elementos del mobiliario de la terraza (sombrillas, calefactores, etc.) deberá ser retirado diariamente de la vía pública”. Imagen de la plaza del mercado, que se repite por toda la ciudad, ya que no se retiran”.

4.3 –  Artículo 11: “Cada terraza utilizará un único tipo de silla y mesa, así como un único color” y “el mobiliario de la terraza deberá ser de un color neutro”. Mesas, sillas y sombrillas multicolor de la calle Portales (véase también la anterior imagen)”.

5.- Mesas altas y barricas en ‘doble fila’ y fuera de fachadas. “Este tipo de mobiliario (barricas y mesas altas) deberá situarse junto a la fachada del establecimiento, sin rebasar la porción del inmueble ocupada por el mismo” (artículo 13). Un ejemplo en San Agustín.

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