La Rioja

El almendro que nació del pecho de un alcalde

Un equipo riojano filma una película sobre Agustín Martínez, fusilado en el 36 en Alcanadre

Hay historias que deben trascender. Y la de Agustín Martínez es una de ellas. En los rincones más profundos de la historia de los pueblos hay relatos que merecen ser rescatados del olvido, no solo por la crudeza de los acontecimientos que narran, sino por la fuerza transformadora que encierran. La de Agustín Martínez es una de esas historias que desafían el tiempo, trascendiendo generaciones para recordarnos la fragilidad de la vida y la persistencia del espíritu humano. La potente historia del alcalde de Alcanadre ahora se está inmortalizando en un documental que verá la luz en el mes de noviembre.

Hombre del campo, marido dedicado, padre cariñoso y republicano convencido, Agustín Martínez fue elegido alcalde de Alcanadre en 1931. Después de que pasase una gestora por el Ayuntamiento, en 1933 volvió a ser elegido por sus vecinos. Tres años después todo se truncó.

El golpe de Estado, el inicio de la guerra y la cercanía del municipio con Lodosa, donde los requetés y falangistas tenían ya el poder, hizo que el verano de ese año fuese dramático para las personas de izquierdas del pequeño municipio.

No fue el único. Otros 28 vecinos fueron fusilados. Pero la historia de Agustín va más alla. Torturado, vilipendiado -lo parearon por las calles mientras le azotaban con su propio brazo arrancado-, asesinado y sepultado en un campo en Ausejo, su historia podría haberse perdido en las sombras del olvido si no fuera por un inesperado milagro de la naturaleza.

Cuando el destino quiso que su cuerpo fuera exhumado, lo que encontraron fue más que restos mortales: un almendro había brotado de su pecho, desafiando el horror con la belleza de la vida. Esta imagen, tan poderosa como conmovedora, se está convirtiendo en el hilo conductor de la película documental ‘La Flor del Almendro’, una obra que busca no solo narrar los hechos, sino explorar el significado más profundo de la memoria colectiva.

“Nos han contado que llevaba unos almendrucos en el bolsillo y que de ahí germinaron hasta convertirse en un almendro”, cuenta Jesús Rocandio, que se enamoró de la historia nada más escucharla. “Hable con Santiago Tabernero, que justo había oído también la historia y nos pusimos manos a la obra”, dice el veterano fotógrafo, que estos días trabaja intensamente en recuperar los recuerdos y las opiniones de los vecinos.

Dirigido por un equipo de talentosos profesionales riojanos, este proyecto cinematográfico es mucho más que un simple documental, es un acto de justicia histórica, una forma de honrar la memoria de aquellos que sufrieron y murieron en el torbellino de la guerra. Desde la labor incansable del investigador Jesús Vicente Aguirre hasta la creatividad del guionista Santiago Tabernero y el talento técnico de Jesús Rocandio y su equipo, cada aspecto de la producción está imbuido de un profundo respeto por la verdad y el recuerdo. “El objetivo no es abrir heridas sino hacernos preguntas y la más importante es: ¿para que sirve la memoria?”.

Porque ‘La Flor del Almendro’ no se detiene sólo en la oscuridad del pasado; más bien busca iluminar el presente con la luz de la reflexión y la empatía. A través de los testimonios de los habitantes de Alcanadre y de un joven de 16 años que busca desentrañar los misterios de la historia de su pueblo, la película nos invita a cuestionar nuestra comprensión del pasado y su impacto en el presente.

Pero, como suele ocurrir con las historias de redención, también hay dolor en este relato. El almendro que creció sobre la tumba de Agustín, símbolo de vida y resistencia, fue arrancado por el progreso implacable de la autopista. Un recordatorio sombrío de que, aunque la memoria puede ser eterna, la fragilidad de la vida y la naturaleza siempre nos recuerdan nuestra propia vulnerabilidad.

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