Agricultura

“Si no llueve en dos o tres semanas, solo vamos a cosechar paja”

El calor, a menos de dos meses de empezar a arrancar las cosechadoras, no viene nada bien para los sembrados de La Rioja que, en muchos casos, ya han espigado. Lo ideal en esta recta final de la campaña sería tener unos días frescos con abundantes precipitaciones para que el ciclo concluya en buenas condiciones y sin grandes esfuerzos, así como para evitar que afloren hongos como la roya amarilla.

Las previsiones meteorológicas de cara a las próximas semanas, sin embargo, han sembrado el desánimo entre los agricultores que aguardaban con evidente optimismo y esperanza de éxito a esta cosecha 2024. “El rendimiento potencial era muy alto porque han llegado a la fase de espigado unas cebadas muy prometedoras y con un potencial muy alto, superando incluso las medias, pero en las fases de floración, posfloración y llenado de grano son críticas y puede que ese potencial se quede muy por debajo de las medias”, explica el ingeniero agrónomo José Antonio Pérez.

El ciclo del cultivo ha sido más acelerado que años atrás gracias a la buena climatología del invierno, donde no ha habido temperaturas muy frías que han permitido al cereal avanzar bastante bien, pero en este momento clave todo está en el aire. La mayor parte de cebadas de La Rioja Baja y Media ya están espigadas, sobre todo aquellas que se sembraron más temprano, pero esta fase se debería haber producido a mediados de mayo, hacia San Isidro, por lo que el adelanto es prácticamente de un mes y, además, sin tener suficiente humedad en el suelo.

Y con tantas prisas, se teme que la cosecha también se adelante. “En zonas más puntuales de El Villar de Arnedo, Arnedo y la zona temprana de Ausejo hay muchas cebadas en las que si el ciclo sigue así y no llueve, igual podemos ver cosechar antes de acabar el mes de mayo. Eso la convertiría en la cosecha más temprana de cereal de la historia en La Rioja, y sin exagerar”, remarca este agrónomo.

Pero es que, de no ver ni una gota, se corre el riesgo de no llenar los graneros. “A este paso, si no llueve en dos o tres semanas, solo vamos a cosechar paja. Porque de eso sí va a haber, ya que el cereal ha alcanzado buena altura. Si el tiempo acompaña, aún estamos a tiempo de coger una buena cosecha, pero ya veremos qué ocurre”.

Por otro lado, el técnico hace especial hincapié también en los tratamientos con fungicidas y es que advierte que “no es necesario tratar con las condiciones meteorológicas actuales de bajada de temperaturas y el estado actual del cultivo: “Ha habido pequeñas infecciones de septoria temprana y, en los últimos días, también de roya amarilla y oídio, pero en cualquier caso son leves. Así que creo que no hay que gastar más dinero porque en el horizonte de los próximos diez días no hay precipitaciones a la vista y, además, llega un frente frío, por lo que el avance de los hongos se va a minimizar”.

Así, de la noche a la mañana cambia por completo el escenario agrícola para el cereal y el sector cruza los dedos para que no se repita lo del año pasado, cuando se echó mucho dinero al campo para después no recoger ni para cubrir costes. Si bien el punto de partida ha sido más positivo que el de la pasada campaña gracias a las precipitaciones de este invierno, especialmente en el momento de la siembra, y comienzo de primavera, las lluvias no han sido abundantes. El suelo tenía reservas, pero estas han sido insuficientes ante la escalada de temperaturas que ha protagonizado la primera quincena de abril. Pérez asegura que “ahora mismo los acuíferos en el valle están bastante mal”.

Esta situación no afecta a todos los sembrados por igual, siendo la cebada y los guisantes cultivos más rústicos que, por ejemplo el trigo, que demanda más agua. “Pero es que la cebada ya está haciendo un esfuerzo por espigar sin agua, así que no puede seguir haciendo ese esfuerzo por llenar el grano porque ya no tiene reservas suficientes. En los guisantes ya se ven las primeras vainas y con un grano cuajado, pero ahora tienen que seguir cuajando las últimas flores y engordando lo que hay, por lo que también necesitan agua”.

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