Toros

Alberto Donaire, bisoñez y buen concepto en el inicio de Fallas

Twitter Plaza de Toros de Valencia

A las no pocas dificultades del compromiso que afrontaba Alberto Donaire este sábado en Valencia (era la segunda novillada con picadores de la carrera del joven calagurritano, esta vez ante las exigencias propias de una plaza de primera categoría, y con las cámaras de Onetoro por testigo) se vinieron a sumar el inclemente viento que sopló con verdadera virulencia en ocasiones y unos novillos que adolecieron una más que evidente falta de empuje y acometividad.

Así las cosas y pese que a Donaire se le evidenció la lógica falta de oficio, también se pudo vislumbrar en el riojano un concepto y unas formas esperanzadoras e ilusionantes. Fue Donaire el encargado de pisar los terrenos más comprometidos de la tarde, cruzado siempre que pudo y ofreciendo el medio pecho. Muy suelto de salida resultó su primer oponente de Chamaco, para colmo, también mal picado. Un viento huracanado deslució no pocos pasajes de la faena de Donaire, que alcanzó su momento álgido al natural, en dos series asentadas, templadas y de buen trazo. Una estocada desprendida precedió demasiados fallos con el descabello.

Si más entrega mostró el sexto novillo, fue este el de menos fuerza del encierro. Volvió a hacer gala Donaire de su buen concepto: colocación, reunión, calma y aplomo. Las embestidas del novillo de Chamaco fueron perdiendo recorrido y ganando asperezas demasiado pronto. Una estocada de efecto fulminante sirvió para que Donaire paseara una vuelta al ruedo. Nadie dijo que esto del toreo fuera fácil.

Dentro de la desigual en presentación y descastada en conjunto novillada de Chamaco, la nobleza, la bondad y el ir y venir de los utreros lidiados en cuarto y quinto lugar propició los pasajes más celebrados de la tarde. Alejandro Peñaranda se encontró con un novillo que se abría en exceso en cada muletazo y con el que tampoco se reunió nunca. Tan despegado como desangelado resultó aquel trasteo sin apenas historia.

Por su parte, Samuel Navalón demostró encomiables formas, enormes facultades y sobrada inteligencia. Pena que, atesorando las cualidades de los elegidos, se conforme con hacerle a sus novillos lo mismo que son capaces de hacer la inmensa mayoría de los que hoy se visten de luces.

La ficha

– Plaza de toros de Valencia. Un tercio de plaza en tarde desapacible. Novillos de Chamaco, desiguales de presentación y descastados y sin transmisión en conjunto.

– Alejandro Peñaranda: oreja y oreja tras aviso.

– Samuel Navalón: ovación con saludos tras aviso y oreja con dos vueltas al ruedo y bronca a la presidencia por no conceder el segundo trofeo.

– Alberto Donaire: silencio tras dos avisos y vuelta tras petición.

Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del incendio de Valencia al romperse el paseíllo. Sergio Pérez saludó tras banderillear al tercero.

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