El Rioja

El vino ‘100’ de Julio Sáenz

El 890 Gran Reserva 2010 ha logrado la máxima puntuación en cuatro publicaciones especializadas

Revista Sobremesa, la Guía Peñín 2024, la Guía de Vinos Diario ABC y la Guía Vivir el Vino. Estas cuatro publicaciones especializadas en vino han coincidido, en ese orden, en su veredicto final para entregar su máximo galardón a un vino de Rioja: el 890 Gran Reserva 2010. Esos 100 puntos llegados de cuatro reconocimientos diferentes han regado de orgullo a La Rioja Alta SA, que nunca antes había obtenido esta puntuación.

“Es un refrendo de que el vino tiene una calidad exquisita”, describe su artífice, Julio Sáenz. La emoción está repartida entre las cuatro publicaciones, pero el enólogo de la casa reconoce que la primera, llegada de ‘Sobremesa’, fue “la que más ilusión y sorpresa generó por ser la primera”. También alude a la Guía Peñín, por la repercusión internacional de la que goza y por la cantidad de vinos que cata.

– ¿Qué son 100 puntos para Julio Sáenz?

– 100 puntos no es solo una puntuación para un vino. 100 puntos significa una trayectoria de mucho tiempo apostando por seguir una línea. Son 100 puntos a ese estilo de entender cómo hacer este vino. No sé si habrá más ‘100 puntos’ por llegar, pero que estamos haciendo las cosas para los siguientes 890 sean mejores que los del 2010 está claro. Y estoy muy esperanzando con algunas añadas posteriores.

– ¿Qué recuerdas de aquella vendimia de 2010?

– He tenido que tirar de mi cuaderno de notas porque a veces la memoria falla después de tantos años -ríe-. Lo que destacaría de esta añada, primero, es que fue un año con unas uvas con gran sanidad, uvas que en ocasiones recordaban a esa añada de 2021. Lo segundo es que los racimos tuvieron una maduración muy lenta y pausada, con unas uvas que pasaron mucho tiempo colgadas en las cepas, lo que hace que se puedan elaborar después este tipo de vinos. Y el tercer motivo es que estas uvas vienen de viñedos muy antiguos de la zona de Briñas, Villalba y Labastida en los que si se da el caso de que tienen un ciclo largo, las uvas maduran de una manera muy equilibrada, como ocurrió aquel año.

– Zonas, por tanto, exclusivas para estos vinos de larga guarda.

– Así es, yo creo que este tipo de vinos no se podrían hacer en ninguna otra parte. Son zonas, además, que están en altitud, por lo que se ven muy favorecidas al final de la vendimia de esos días soleados y noches frescas que favorece esa buena maduración para que la uva no pierda acidez ni coja mucho grado mientras van ganando en matices y aromas para hacer vinos de largas crianzas.

– Mucho valor en el viñedo y también mucho tiempo de crianza. ¿Este es un vino que se hace más en bodega o en el campo?

– Pues aunque todo el mundo tenga la sensación de que estos vinos se hacen en bodega y que basta con dejarlos seis años en barrica y otros seis en botella y obtienes un Gran Reserva 890, pero eso no es así. Para hacer un gran reserva necesitas tener viñas que estén destinadas y que estén dedicadas a producir uvas para hacer grandes reservas. Por eso siempre digo que sin estos viñedos nunca podríamos hacer 890. También es cierto que no me gusta centrar las cosas en que es un vino de viñedo porque tampoco es así, ya que luego necesita de una elaboración y crianza muy, muy cuidada. Desde que empezamos con las vas en vendimias hasta que el vino sale al mercado hay una selección tremenda tanto de uvas como de vinos, como de barricas hasta que logramos obtener este vino. Todos los años podríamos hacer Gran Reserva 890, pero realmente no ocurre eso y de hecho en 24 años solo hemos sacado cuatro años este vino.

– ¿Esta añada ha llegado a su máximo esplendor o todavía le queda mucho más para seguir mejorando?

– Es un vino que ya tiene catorce años y cada vez va está mejor. Es un estilo de vinos en los que el tiempo en botella los hace más elegantes y más complejos. Creo que es un vino que seguirá mejorando, pero no sé decir hasta cuándo porque son vinos muy diferentes y especiales.

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