El Rioja

Los retos vitivinícolas para 2024

Un temporero, durante la pasada vendimia en Rioja Oriental. | Foto: Leire Díez

Unas manos sostienen con fuerza las tijeras de podar; otras, controlan los depósitos de fermentaciones. Pero todas las miradas están puestas en los problemas más de fondo, aquellos que determinan normas de campaña o precios de venta. Las principales preocupaciones del sector vitivinícola pasan por recuperar el nivel de comercialización de vino para que la balanza vuelva al equilibrio, aunque para eso las diferentes voces de este sector coinciden en que hay que tener paciencia.

“Para lograr esa recuperación lo primero tiene que mejorar la coyuntura económica de 2023, marcada por un IPC elevado y los incremento de los tipos de interés que han afectado de forma tan negativa al sector del vino. Así podremos recuperar la capacidad de consumo por parte de los consumidores y mejorar las ventas, incrementando también el valor de los vinos de Rioja”, refleja Íñigo Torres, director general de Grupo Rioja.

Deseos que pasan también por iniciativas ambiciosas. En este sentido, destaca el plan de recuperación del equilibrio puesto en marcha por este “sector maduro” para lograr rentabilidad tanto para las bodegas como para los viticultores: “Un plan que en gran medida ha funcionado y que donde ha fallado es porque las expectativas de venta eran más altas que las que finalmente ha habido. Más allá de las medidas de carácter puntual como puede ser la destilación, que seguirá teniendo demanda este año, hay que acometer medidas de carácter más estructural como las llevadas a cabo en materia de mayor exigencia en el control de rendimientos y en la calificación de los vinos. Esto es fundamental”.

Más contundente se muestra Ana Jiménez, de la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja: “No va a haber recuperación este 2024”. Reconoce que las medidas tomadas la pasada campaña (y que se repetirán este año), como la destilación y la cosecha en verde, “no han sido efectivas ni suficientes porque así lo demuestran las cifras de ventas de vino, peores que las de hace un año”.

Es por ello que la asociación están inmersa en la definición de un Plan interno con propuestas para atajar la situación y que próximamente dará a conocer. Propuestas a corto, medio y largo plazo para lograr el mantenimiento del patrimonio vitivinícola de la región y que ya están elaboradas, aunque requieren del estudio y aprobación por parte de las bodegas asociadas en las asambleas “porque son medidas que les afectan de lleno”. Propuestas que de llevarse a cabo, opina Bodegas Familiares, “harían más presión para llegar a esa recuperación de Rioja, pero si la política que existe es la de la inacción y ver qué pasa, claramente no logrará”.

Atrás dejan un año de cambios, como el abandono de la mesa de negociación del Consejo Regulador, pero también de nuevas caras con la incorporación de bodegas a la lista de asociados. “Continuamos creciendo y este año también lo haremos, pero de forma muy ordenada, poco a poco, centrándonos en el desarrollo de la marca que es un elemento de venta muy importante. Tenemos bodegas que realmente lo están pasando muy mal, mientras que otras se encuentran en récord de ventas. Aún así, creemos que la cosa pinta mucho peor este año porque no se ha paliado ese exceso de existencias. Además, lo que estamos observando es una bajada de precios muy preocupante”, advierte Jiménez.

Preocupación que comparten en la Asociación de Bodegas por la Calidad (ABC). “Los precios, especialmente de los vinos reserva, están cayendo mucho. Las categorías tradicionales de Rioja están desposicionadas a pesar de que siguen siendo interesantes para esta región por el valor añadido que tienen, pero el hecho de que un vino lleve la contraetiqueta de reserva tiene que querer decir algo más y no solo los días que tiene de barrica. Aquí no puede valer todo porque si queremos pagar bien la uva, tenemos que poder vender bien el vino”, remarca Begoña Jiménez, coordinadora de esta Asociación.

Es consciente que la reducción del consumo es mundial y ha venido para quedarse, opinando que esa recuperación del volumen global es complicado que se vea este año. “Sin embargo, a nivel individual sí creo que puede haber recuperación para quienes estén bien situados, en el sitio adecuado y en el momento adecuado porque hay vinos que sí tienen demanda”.

Las ayudas a la destilación, opina la coordinadora de ABC, suponen “una gota de agua en el océano”. “Seguro que algo han ayudado, pero se necesita más. Ante esta situación, todo el sector debemos ser constructivos y no destructivos. Creo que el final de 2023 ha sido muy duro por ataques internos de la DOCa y aunque hay que ser críticos, también hay que ser creativos y buscar soluciones”, apunta.

Desde el lado productor, las demandas para este 2024 recaen principalmente en la ya reiterada recuperación de la rentabilidad del viticultor. Para ello, Roberto Ruiz-Calvijo, coordinador sindical de UAGR-COAG, insiste en la importancia de que se incremente la ayuda a la cosecha en verde dado el previsible aumento de la demanda de solicitudes para este año por parte de los viticultores: “Esta es la única medida que va a parar directamente al bolsillo del viticultor, por lo que debería haber más dinero destinado a esta partida en lugar de a la destilación. El Gobierno regional debería compensar a los viticultores por esa bajada de rendimientos que vienen afrontando durante cuatro campañas. Es más, hay otras comunidades autónomas que a fecha de hoy ya están complementando esas ayudas para el productor, como es el caso de Álava”.

La UAGR ahonda en los estatutos de la Interprofesional del Vino de Rioja con el fin de conseguir un cambio que repercuta en esos procesos de acreditación: “Hay que eliminar la intromisión del sector bodeguero en el viticultor. Para ello hay que eliminar del censo de viticultores a los grupos empresariales titulares de viñedo en los que sus socios coincidan con socio de bodegas inscritas en el censo del sector comercial”. Por otro lado, en materia de la Ley de la Cadena Agroalimentaria, el sindicato agrario insta a las administraciones riojanas y estatales a una mayor implicación para que las sanciones contra las bodegas que no cumplen “sean realmente disuasorias, más fuertes”.

ARAG-ASAJA ya lo dejó claro en su día: “El 2023 es un año para olvidar”. Ahora esta organización recuerda la necesidad de poner en marcha todas esas medidas que están en nuestra mano como sector para poner en valor el Rioja para que esté en la retina del consumidor: “Ordenación del sector, ayudas públicas, mejora cualitativa de las uvas y vinos de la denominación, diversificación de productos que atraigan a nuevos consumidores,… Pero para lograr esto hay que trabajar de forma intensa y, sobre todo, rápida para ponerlas en marcha y que se recupere la rentabilidad en el menor tiempo posible”, apunta Igor Fonseca, secretario general de la organización.

Se muestra claro al afirmar que “hay que dar valor a lo que somos capaces de vender”, refiriéndose al volumen de existencias que acumula Rioja a día de hoy. “No tiene ningún sentido que sigamos produciendo por encima de nuestras expectativas de venta actuales y entendemos que es algo complicado de entender con el escenario de precios de la uva que hay, pero esto hay que remediarlo y solo nos queda centrarnos en la producción y la elaboración, porque las ventas no dependen de nosotros. En cuanto a los fondos destinados a la cosecha en verde, creo que el Ministerio haría muy mal dejando sentarse en la mesa de negociación a cualquier región, por no hablar del valor de la prima puesto que cada región es diferente y no puede pagarse esa prima por debajo de los costes de producción para que al menos compense”.

“Esperanzas hay, pero también las hubo en 2023 cuando se trabajó con unas expectativas de crecimiento en ventas de entre el 2 y 3 por ciento y finalmente se cayó en cinco por ciento. Aquí entran en juego muchos factores, como que se haga una buena campaña de promoción, tanto a nivel individual como de forma colectiva en el Consejo Regulador, que en este caso ayuda especialmente a las pequeñas y medianas bodegas con sus viticultores”, valora Fonseca.

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