El Rioja

Los excedentes de vino ponen en jaque el modelo cooperativista riojano

Los excedentes de vino ponen en jaque el modelo cooperativista riojano

Cooperativa Zinio de Uruñuela | Foto: Leire Díez.

La balanza de las ayudas a la destilación se ha inclinado en este primer año de reparto ligeramente hacia el lado cooperativista riojano. Así, de los cerca de 15 millones de euros (14.676.465,28 repartidos finalmente entre 103 bodegas y cooperativas) a los que asciende finalmente la cuantía, el 56 por ciento ha recaído en las cooperativas de la comunidad que ya han dado salida a esos litros de vino sobrantes. Una ayuda “muy positiva”, tal como remarca el gerente de la Federación de Cooperativas Agrícolas de La Rioja, Julián García Plisson y que “corresponde a todo lo que han pedido las solicitantes” en base a las condiciones porque “ningún petición se ha quedado por atender”.

Una ayuda, además, que “va a cumplir con una doble función”. Primero, explica, porque alivia en cierta medida la tensión de existencias que existe y, además, porque “ayuda al tejido socioeconómico de la región y, en particular, al de las cooperativas porque la repercusión de estas ayudas será directa en el bolsillo de los viticultores”.

Y es que las cooperativas, 24 de las que hay en La Rioja asociadas a FECOAR, son unas de las grandes damnificadas de que no se venda vino y es que cuando esas ventas no repuntan se nota mucho en los graneles, de los que dependen muchas de las cooperativas de la comunidad. “Lo que acaba pasando cuando no repuntan las compras es que el vino se queda en las cooperativas, acumulándose año tras año. Además, muchas de ellas no cuentan con un contrato o no lo han podido renovar, por no hablar de las que acometieron inversiones importantes previamente que ahora les cuesta amortizar”, puntualiza.

Son este tipo de cooperativas las que García asegura que lo están pasando mal. “No están al borde del abismo y por suerte no son la mayoría porque el perfil que más abunda en La Rioja son pequeñas cooperativas que a nivel económico están muy saneadas, aunque también dependen en muchos casos de un único cliente como es una bodega que puede fallarles y no tiene un ‘plan b'”. El punto débil en este caso es precisamente la poca diversificación con la que cuenta este modelo de negocio, con apenas diferenciación de marcas, escasa innovación y mucha dependencia de los graneles, por lo que las que mejor posicionadas están en el camino de la recuperación son aquellas que trabajan con diferentes canales de venta, diferentes mercados y diferentes marcas.

Estas ayudas, eso sí, funcionan más como un parche para lo que es ya un problema estructural en las ventas. “Visto desde un plano general, la incidencia de estas subvenciones sobre el total de existencias es poca porque realmente para solucionar la situación habría que destilar más vino y también tener un crecimiento importante en las ventas. Prolongar la subvención para la destilación un año más es positivo, peor no podemos contar eternamente con ayuda pública para solucionar nuestros problemas, porque aunque mejore esta situación, lo hará lentamente. Lo que se necesita es una reflexión más profunda sobre lo que se está haciendo en Rioja porque igual el modelo vigente hasta ahora no es tan válido”.

El gerente de FECOAR tiene claro que de esta crisis el sector tiene que salir fortalecido y para eso hay que valorar los modelos que peligran y los que no en la actualidad: “Creo que se tienen que dirigir hacia un modelo de negocio más profesionalizado, con menos costes de producción o unificarlos en una central de compras. Es decir, repensar la estructura de estas cooperativas, con sinergias o fusiones con fórmulas de cooperación o acuerdos. Además, a pesar de que tradicionalmente los cambios no han sido algo bien visto por el sector agrícola, en los últimos tiempos cada vez son más los agricultores que están dispuestos a adaptarse y apostar por nuevas prácticas en favor de su rentabilidad”.

Presupuestos aplazados

El pleno del Consejo Regulador se reunió este martes para votar el presupuesto de 2024, pero la reunión no contó con el apoyo necesario para efectuar su aprobación. Un cambio de rumbo derivado de la postura de la Federación de Cooperativas Agrícolas de La Rioja que propone una rebaja del cinco por ciento en los presupuestos, divididos entre ordinario y adicional (dirigidos al funcionamiento del órgano y su estructura) y extraordinario (enfocado a las labores de promoción).

“Creemos que no deberíamos aprobar estos presupuestos expansivos porque implican destinar más dinero en una situación coyuntural de crisis como la que vivimos actualmente, en donde se habla más de recortar gastos”, valora Julián García Plisson, gerente de FECOAR. “Nos es por cuestiones de defender un mayor o menor control sobre el viñedo como han asegurado otros, ni tampoco en lo referido a una mayor o menor promoción. Es más, nuestra propuesta de rebaja se aplica a todos los apartados de los presupuestos”, incide García Plisson.

De cualquier forma, remarca que el debate que se ha llevado a cabo ha sido, por el momento, “solo a nivel interno con la comisión ejecutiva, por lo que falta realizar otro encuentro con los representantes de todas las cooperativas para consensuar la postura”. La votación del presupuesto queda, por tanto, aplazada y es que FECOAR es una de las tres organizaciones (junto a Grupo Rioja desde la rama comercializadora y ARAG-ASAJA desde la productora) que mayor peso tiene en la toma de decisiones del Consejo Regulador.

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