Sucesos

“Me arrepiento desde el primer momento, no tenía ninguna intención de matar a Isam”

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

“Me arrepiento desde el primer momento en que me enteré, no tenía ninguna intención de hacer eso”. Así se han expresado los cuatro asesinos de Isam Haddour ante el tribunal del jurado popular que desde este lunes les juzga en la Audiencia Provincial de Logroño.

El testimonio de los cuatro jóvenes que mataron a golpes en la noche del 6 de abril de 2021 ha marcado la primera sesión del juicio del conocido como ‘crimen del Parque del Ebro’ de Logroño, que acoge desde este lunes la Audiencia Provincial de Logroño. Unos testimonios marcados por un patrón común: el arrepentimiento y las disculpas hacia la familia de la víctima, que ha seguido esta primera sesión del juicio desde el interior de la sala de vistas.

En la exposición preliminar de posturas, las partes han comunicado un acuerdo de conformidad, en virtud del cual los procesados admiten su participación en los hechos a cambio de rebajar sus penas. No obstante, no será hasta el final del procedimiento cuando se conozca la horquilla de penas que aceptan los acusados, que Fiscalía estableció en primer término en treinta años de prisión para cada uno de ellos: 25 años por el delito de asesinato consumado y otros cinco por el delito de robo con violencia.

Las partes también han avanzado que la indemnización a los familiares de la víctima y al Servicio Riojano de Salud (de algo más de 300.000 euros) ya ha quedado satisfecha por parte del Gobierno de La Rioja y la familia de Michael G. M., uno de los acusados.

Ingesta masiva de alcohol y drogas

Justo antes de que los acusados tomaran la palabra se han proyectado las imágenes captadas por tres cámaras de vigilancia de la Biblioteca de La Rioja justos después del crimen, en las que se ve al grupo de jóvenes (los cuatro acusados y otras dos menores que ya han sido condenadas por este caso) caminando por la calle de forma jovial, recreando alguna de las patadas que propinaron a Isam y turnándose para montar su bicicleta.

Sobre lo que había ocurrido antes de la fatal agresión, también un relato común: “Habíamos estado bebiendo y fumando en el Parque del Ebro durante horas”. “Mezclé un montón de cosas: alcohol, marihuana y cocaína”, ha explicado Michael G. M., uno de los acusados. Por su parte, César S. D. -quien inició la agresión a Isam- ha señalado que “llevábamos dos o tres días de fiesta”, consumiendo todo tipo de estupefacientes, al tiempo que ha explicado que en aquella época consumía diariamente “veinte porros, veinte botellines de cerveza y una botella de ron”.

“Habíamos bebido mucho. Ron y whisky. Me sentía eufórico, deshinibido”, ha admitido Andrés F. G., otro de los participantes en la brutal paliza a Isam Haddour en el Parque del Ebro. Por último, Sergio I. C. -que ha declarado asistido por una facilitadora debido a su discapacidad intelectual- ha señalado que también actuó bajo los efectos de varios drogas y ha insistido en que “me arrepiento todos los días. Mis más sinceras disculpas y condolencias a la familia; no quería que ocurriera eso”.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Los hechos

En la fatal agresión también participaron dos chicas menores -dos hermanas de 14 y 16 años tuteladas en un centro de reforma- que ya han sido condenadas por el Juzgado de Menores, sin que el resultado de la sentencia haya trascendido por protección de datos.

Según relata el Ministerio Público y admiten ahora los cuatro acusados, el 6 de abril de 2021, sobre las once y cuarto de la noche, Isam (de 34 años) se encontraba sentado en un banco del Parque del Ebro (junto al parking del Cubo del Revellín), junto a la bicicleta con la que realizaba los repartos en un establecimiento de comida rápida de la capital riojana.

Los acusados advirtieron que “Isam se encontraba en estado de embriaguez y le pidieron tabaco”. La víctima se negó y “dirigió un piropo” a una de las acompañantes de los agresores, que no se encuentra acusada por esta causa.

Uno de los jóvenes (César S. D.) le dio un fuerte golpe en la cabeza a Isam “con el objeto de acabar directamente con cualquier oposición a su voluntad depredatoria”, dejándolo aturdido en el suelo. En ese momento, los otros tres acusados (de iniciales Andrés F. C., Sergio I. C. y Michael G. M.) “abordaron sucesivamente a Isam, que estaba en el suelo, inerme, y le propinaron nuevos golpes, puñetazos y patadas”, turnándose en la agresión sin que la víctima “pudiera oponer resistencia alguna y sin que hubiera advertido en ningún momento el peligro de que fuera a ser agredido”.

Isam Haddour, víctima del ‘crimen del Parque del Ebro’.

El fiscal detalla que con cada golpe “la conciencia de Isam se iba desvaneciendo, hasta que, por la acumulación de golpes, quedó inconsciente”. Y subraya que los acusados sabían que dichos golpes “podían llevar a una persona a la muerte y, a pesar de ese conocimiento, siguieron agrediéndole, golpeándole en diversas partes de su cuerpo, y aceptando, sin oponerse en modo alguno, a que otros de sus compañeros le golpearan en la cabeza”.

Como consecuencia de la paliza, Isam quedó moribundo en el suelo y los acusados “aprovecharon para arrebatarle sus pertenencias”: la cartera, el tabaco, su móvil, la bicicleta y una cazadora que uno de los agresores se puso por encima de la ropa que llevaba. Los jóvenes “quitaron la batería y la tarjeta del móvil y tiraron el dispositivo junto al frontón del Revellín.

Actitud “jocosa” tras el asesinato

Tras la agresión y el robo, los cuatro acusados y las dos jóvenes que les acompañaban caminaron hacia el Casco Antiguo, llevando consigo la bici de Isam. Y en este punto el fiscal subraya que “abandonaron a la víctima agonizando a la intemperie”, en un lugar en el que “los acusados asumieron que no sería localizado por ninguna persona ni recibiría ayuda en toda la noche”, ya que en la fecha de autos regía el toque de queda por la pandemia entre las once de la noche y las siete de la mañana. Y así fue, un viandante encontró a Isam a las 7:30 horas del día siguiente, en un cuadro de “coma profundo”.

En su deambular por el Casco Antiguo, los acusados tuvieron “una actitud festiva, jocosa y despreocupada”, hasta el punto de que “algunos de ellos recrearon los movimientos de los golpes y patadas que habían propinado a Isam”. Además, se intercambiaban la bici de Isam “y en ocasiones se montaban en ella”. Actitudes, todas ellas, que quedaron registradas por las cámaras de seguridad de la Biblioteca de La Rioja.

Cuando llegaron a la calle Portales, apenas quince minutos después de la paliza, la Policía identificó a cinco de los seis jóvenes (César S. D. se escondió) por vulnerar el toque de queda y los agentes les dejaron marchar, sin que ninguno de los agresores advirtiese a los policías del estado de Isam en el Parque del Ebro.

Otro de los acusados (Andrés F. C.) fue localizado al filo de la una de la madrugada en un edificio en construcción frente al estadio de Las Gaunas y le detuvo la Policía como presunto autor de un delito de robo con fuerza en las cosas. Tampoco él dijo nada a los agentes de lo sucedido en el Parque del Ebro apenas unas horas antes. Se trata del mismo joven que se colocó la cazadora de Isam tras la paliza y, precisamente, cuando la Policía le detuvo por el crimen tres días después también lucía la misma cazadora.

A pesar de que la Policía indicó al informar de la detención de los presuntos asesinos que estos regresaron a la posición de Isam “para rematarlo”, el escrito del fiscal -que sustenta la acusación- no alude a este hecho. Cabe recordar que los investigadores destacaron entonces la “violencia gratuita que sorprende” empleada por los jóvenes contra el repartidor, al que eligieron para atacarlo “como podía haber sido a cualquier otro”.

Por todo lo anteriormente relatado, la Fiscalía reclama para cada uno de los acusados una pena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato consumado y otros cinco años de prisión por un delito de robo con violencia.

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