La Rioja

“Calahorra es más accesible que antes, pero aún queda mucho por hacer”

Durante los últimos siete meses, Calahorra ha estado inmersa en las obras de accesibilidad de gran parte de sus calles. El Ayuntamiento ha invertido más de un millón de euros en ello. Se ha actuado en más de cien pasos de peatones y en las anchuras de diferentes aceras para hacer más fácil el paso de aquellos que van en silla de ruedas.

En algunos casos se han renovado los pasos de peatones existentes y en otros se han creado nuevos. Además se han eliminado las barreras arquitectónicas que había en  algunas de las calles de la ciudad, garantizando su accesibilidad. Una labor importante pero insuficiente para las personas con discapacidad que aún ven como no pueden ser autónomos en muchas de las circunstancias.

Txerra lleva años en silla de ruedas. Santi, el marido de Charo, es casi un recién estrenado en estas lides. “En mi caso el tema de la accesibilidad me afecta por partida doble: con mi marido y con mi padre; entiendo que mi padre con 84 años no pueda ser autónomo, pero que mi marido con 57 no pueda serlo porque la ciudad no está preparada me da mucha rabia”, dice.

“Es importante lo que se ha hecho con estas últimas obras y se lo agradecemos al concejal Antonio León que ha sido muy empático con el asunto pero en la ciudad aún queda mucho por hacer; partíamos de que era una ciudad prácticamente inaccesible”, comenta Txerra de la plataforma Tod@sobreruedas de Calahorra.

Con una batería de medidas a seguir tomando redactada por las 24 personas que la componen, estos días se han reunido con el nuevo concejal de Accesibilidad, Antonio Mazo, para ponerlas encima de la mesa. “En principio la acogida ha sido muy buena y nos ha asegurado que todo lo que se pueda hacer se hará”.

Paseando con ellos ya se llevan la primera sorpresa positiva en la calle Cavas. Uno de los pasos de cebra que pertenecía a esta plan de accesibilidad llevado a cabo por el ayuntamiento de Calahorra no era accesible para ellos. “Entendemos que haya calles antiguas que no sean accesibles; pero que, algo que se había hecho nuevo y con ese objetivo no nos sirva es incomprensible”. Hablan de uno de los pasos de cebra de la céntrica vía. “Aquí te quedabas enganchado y se lo comentamos al nuevo concejal”. En cuestión de días se ha solucionado.

Pero queda mucho más. Son varios los pasos de cebra que se encuentran en las mismas circunstancias. “Se han mejorado pero siguen sin ser del todo accesibles”. Otro de los ejemplos lo encuentran en el aparcamiento del complejo municipal de La Planilla, un lugar que utilizan la mayoría para ir a la piscina tanto de invierno como de verano. “Allí tampoco está bien el baño adaptado y eso que se supone que lo acaban de hacer”.

Además están las plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida. “En algunos casos es que parece de broma, la señal que advierte que son plazas para personas con discapacidad están justo en medio de la plaza por lo que es imposible abrir las puertas para salir con la silla de ruedas”. Otras directamente están colocadas en lugares insospechados. “Hay dos en la calle Doctor Fleming, es una cuesta, hay riesgo de caídas y además no hay espacio para salir; un auténtico despropósito”.

La falta de baños públicos para ellos también entienden que es algo que hay que solucionar con urgencia. “Sabemos que hay una carencia generalizada pero es que a nosotros se suma que prácticamente no hay ningun bar que tenga baños accesibles por lo que en caso de necesidad nos tenemos que ir directamente a casa”. Para Charo ese es uno de los mayores problemas. “Es complicado salir a dar una vuelta así, sería tan fácil como poner un par de ellos en un par de zonas de la ciudad”.

Tampoco entienden la ubicación del nuevo edificio de Servicios Sociales. “Está en una calle que es una tremenda cuesta, hay un pequeño escalón para poder acceder y además el baño no cuenta con barra, en una obra nueva parece increíble”.

A eso suman peticiones que llevan años encima de la mesa del consistorio como la accesibilidad de la plaza de toros o que la policía esté más vigilante a la ocupación de sus plazas por personas que no tienen discapacidad. Su petición es clara: “Calahorra es más accesible que hace cuatro años pero aún queda mucho por hacer”.

 

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